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FRANCIA ELIGE PRESIDENTE / 1

La V República Francesa, en la encrucijada

El próximo mes de mayo puede cambiar el propio sistema de partidos

Lluís Bassets

El día 8 de mayo de 1988 Francia conocerá el nombre de quien deberá ocupar la presidencia de la República durante siete años, hasta 1995. Esta primavera, por séptima vez en la historia de la V República, los franceses elegirán, por sufragio universal a dos vueltas, al magistrado supremo de la nación. Pero lo que se juega en las elecciones que se celebrarán los días 24 de abril y 8 de mayo es mucho más que el nombre del presidente. Según quién sea el vencedor, el propio sistema de partidos francés y las tradiciones de la V República pueden experimentar una auténtica revolución.

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Los que juegan a largo plazo

Según la Constitución, los candidatos a la presidencia de la República Francesa no representan. a los partidos políticos, aunque: pueden recibir su apoyo. Para. presentarse basta con recoger al, menos 500 firmas de alcaldes y consejeros regionales. Quince días antes de la primera vuelta, tras la proclamación de los candidatos admitidos, es cuando empieza oficialmente la campaña electoral. La campaña oficiosa habrá empezado mucho antes, hace un año en el caso del extremista de derecha Jean-Marie Le Pen, tres meses en el caso del primer ministro neogaullista, Jacques Chirac, y el mínimo de tiempo posible en el caso del candidato socialista, todavía indeterminado, en espera de la decisión del actual presidente de la República, François Mitterrand.De la primera elección, el día 24 de abril, deben salir los dos finalistas, los dos candidatos más votados, que deberán enfrentarse 15 días después, a menos que

.p uno de ellos obtenga -cosa altamente improbable-, la mayoría absoluta. La primera vuelta, en la que cada fuerza política intenta situar en la final al candidato que ha merecido su apoyo, será en la práctica una semifinal para los dos candidatos de la derecha. En ella se decidirá si es Jacques Chirac o es Raymond Barre -el ex primer ministro del expresidente Giscard D'Estaing- quien deberá defender los colores de la derecha en la segunda vuelta.

Los extremos

La elección del candidato socialista -sea Mitterrand o sea Michel Rocard, el eterno Poulidor socialista- está, en cambio, asegurada. El esquema cambiaría, sobre el papel, si se produjera la circunstancia de que existieran dos candidatos socialistas, Mitterrand y Rocard. Aunque algunos comentaristas insisten en asegurar que juntos recogerían más votos que cualquiera de los dos por sí solos, la eventualidad de una doble candidatura socialista está prácticamente descartada.

En la primera vuelta, las fuerzas menores intentarán obtener un resultado que permita vender caros sus votos de cara a la segunda vuelta. Este es el caso de Jean-Marie Le Pen, a la derecha de la derecha, y de André Lajoinie, candidato del Partido Comunista, y de Pierre Juquin, candidato de los comunistas renovadores, a la izquierda de la izquierda.

Todas las fuerzas políticas reunirán sus órganos directivos en la semana del 24 al 30 de abril para decidir qué posición deberán adoptar ante la segunda vuelta. Posiblemente habrá partidos que propugnarán oficialmente el voto por el candidato más afin a sus posiciones, pero que en privado harán correr en el boca a boca entre sus militantes la consigna de votar al candidato opuesto o, de abstenerse.

Sucedió en 1981, cuando salió elegido Mitterrand, como mínimo con el Partido Comunista y con el neogauffista RPR (Asamblea para la República). Los dirigentes comunistas, que dieron la consigna de votar a Mitterrand, fueron requeridos a afectuar un "voto revolucionario", aunque difícil de'entender por parte de las bases, en favor de Valery Giscard D'Estaing. Así lo han revelado los comunistas renovadores Claude Llabrés y Pierre Juquin, el propio candidato a la presidencia ahora arrepentido de su voto disciplinado de 1981.

Algo parecido hizo en aquella ocasión Jacques Chirac, que apoyó a Giscard sólo verbalmente, pero permitió que todo el aparato de su partido se moviera en contra del entonces presidente de la República. En la segunda vuelta de este año se pueden producir movimientos parecidos principalmente entre las fuerzas de la derecha. Estos movimientos subterráneos dependen, sin embargo, de la profundidad de las heridas que se produzcan dentro de la derecha antes de la primera vuelta.

Contra los socialistas

Los partidarios de Chirac y Barre han asegurado que realizarán campaña exclusivamente contra los socialistas, en la que evitarán enfrentarse mutuamente. Pero dificilmente podrán mantener su actitud unitaria, cuando la primera vuelta está precisamente destinada a producir su enfrentamiento. Algunos arañazos se han producido ya, sólo empezar la campaña. Chirac presenta como positivo su balance de gobierno en los dos años de cohabitación con François Mitterrand (19861988). Barre desautoriza el septenato entero de Mitterrand, incluida la cohabitación (1981-1988).

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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