Los socialistas temen que la crisis política haga a Italia ingobernable

La dirección del Partido Socialista Italiano (PSI), que se reunió ayer bajo la presidencia de su secretario general, Bettino Craxi, declaró que la actual crisis de Gobierno -abierta con la dimisión, el miércoles, de primer ministro, Giovanni Goria- se ha producido "en el momento y en el modo peores" que podía imaginarse. Los socialistas añadieron que hoy expondrán al jefe del Estado, Francesco Cossiga, su preocupación "frente al riesgo de ingobernabilidad y de parálisis" del país.

Por su parte, el jefe de los diputados socialistas, Gianni de Michelis, lanzó ayer la primera piedra contra la Democracia Cristiana. Tras haberla acusado de "irresponsabilidad" por la apertura de una crisis tan absurda, insinuó ya que no se puede dar por descontado que el sucesor de Goria deba ser necesariamente otro democristiano".En realidad, fue Craxi quien sostuvo hasta el último momento al presidente democristiano, hasta el punto que aún después de que éste recibiera órdenes de su partido de presentar la dimisión, Goria siguió oponiendo resistencia y pretendió presentarse ante el Parlamento para pedir un voto de confianza y obligar así a la DC a tomar una posición pública. Y se retiró sólo cuando los ministros democristianos le advirtieron que si él no dimitía, ellos igual se retirarían del Gobierno.

Por ahora, como suele repetirse en cada crisis de Gobierno en Italia (y este corresponsal ha vivido ya más de 20), el futuro se presenta confuso y complejo, aunque después la solución acabará siendo probablemente, como siempre, la misma: un quítate tú para que me ponga yo, sin que nada cambie sustancialmente. La bolsa ayer ni reaccionó ante el anuncio de la crisis.