Bajos vuelos en las alturas

Estados Unidos se ha convertido en el mayor deudor del mundo. Ha perdido a la vez su independencia financiera al necesitar cada vez más el ingreso de capitales extranjeros. La reducción de su déficit presupuestario puede llevar a Washington a retirar tropas norteamericanas de Europa o al menos a pedir a una Europa Occidental ahora próspera que financie en una mayor parte lo que en el fondo es su propia defensa. Sin embargo, los Gobiernos europeos no tienen aún claro qué defensa buscan para el futuro. Ni siquiera tienen claro cómo reaccionar y tener una política coherente hacia el Este, hacia el efecto Gorbachov. El crash de las bolsas tampoco parece haberles hecho reflexionar mucho en común.Éstos son grandes temas del momento y ofrecen una oportunidad para Europa. Sin embargo, los jefes de Estado y de Gobierno de los doce se reúnen solemnemente en Bruselas para contar habas. Importante cuenta, pero que no parece estar a la altura de la historia.

El caso es que esta vez los doce, en vez de un debate de altos vuelos -pues para eso se creó el Consejo Europeo- sobre las grandes opciones, se limitarán si acaso -hay elecciones presidenciales en Francia y regionales en la RFA, lo que dificultará todo acuerdo- a salir del paso sobre las cuestiones presupuestarias y agrícolas.

Por su parte, la primera ministra británica, Margaret Thatcher, ha hecho últimamente gala de un pésimo espíritu europeísta, siendo quizá su principal objetivo el mantener la relación especial con EE UU. Thatcher insiste en su cheque y además ha ridiculizado el acercamiento franco-alemán en el terreno de la defensa. En el tema de la defensa, hasta ahora, se han dado más gestos simbólicos que reales, y más bilaterales que multinacionales.

Hay otra cumbre a la vista: la de la OTAN en losprimeros días de marzo. Allí, sin embargo, la facilidad para hablar no es tan grande como entre los doce. Ni desde luego habrá una voz europea. En el Financial Times, el comentarista Ian Davidson habla de Un silencio ensordecedor sobre la defensa por parte de los dirigentes europeos.

En cuanto a la vida comunitaria, la situación ha cambiado. En la CE, Francia se ha convertido en contribuyente neto. Italia también, y su contribución podría crecer. El fervor europeo se ve así reducido, frenando también la creación de una Europa de la defensa.

En el reciente y muy polémico informe norteamericano -Discriminar la disuasión- sobre la estrategia integrada a largo plazo, hay algo que se hace notar, quizás por omisión: la poca importancia que se atribuye a Europa. Sirva de reflexión.