La victoria de fanatismo
"Es una victoria para los que quieren devolver la grandeza a EE UU a través de una restauración de los valores morales", afirmó un jubiloso Pat Robertson tras su espectacular triunfo en Iowa sobre el vicepresidente George Bush.Victoria lograda mediante una movilización sin precedentes de cristianos fanáticos, utilizando las iglesias evangélicas, que quieren acabar con el derecho al aborto, la "tiranía" soviética, y restablecer el rezo en las escuelas públicas.
Robertson, de 57 años, mezcla con gran demagogia la religión con la política, apelando a instintos muy primarios, y tiene éxito porque predica la salvación en este mundo mediante el enriquecímiento personal. Su principal mensaje político es "acabar con el Gobierno central dominado por la religión del humanismo secular". A pesar de su éxito en los caucus de lowa, la batalla por la nominación republicana sigue centrándose entre George Bush y Robert Dole, pero Pat Robertson va a hacer mucho ruido.
Robertson dijo ayer que el pueblo norteamericano tiene " que volver a Dios y a la fé" y que si Estados Unidos no se endereza según sus principios " se deslizará hacia algún tipo de socialismo". Y está atrayendo a nuevos votantes al Partido Republicano y ha dejado de piedra a los analistas que aseguraban que, teniendo un altísimo 62% de rechazo entre los electores, sólo sería capaz de arrastrar a los convencidos y a los más fanátícos.
Pero no ha sido así, y este predicador, que abandonó su ministerio al anunciar su candidatura a la Casa Blanca apoyada por tres millones de firmas -"Dios me ha pedido que me presente"- asegura que "en el Sur arrastraré a demócratas y a negros". En lowa el éxito de Robertson (un 25% de los votos) no se ha producido sólo en las zonas rurales sino también en las ciudades y en las areas industriales. Se ha atrevido a publicar anuncios asegurando que está siendo discriminado por su religiosidad al igual que lo que le pasó a Kennedy como católico en 1960.
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