Gravitaciones musicales

Un conjunto variado de obras del escultor vasco Eduardo Chillida (nacido en San Sebastián en el año 1924) acompaña en esta muestra individual la presentación de sus últimos grabados, reunidos bajo el título genérico de Gravitaciones.Apreciamos en ellos un original y sutil uso del collage, que sustituye el tradicional encolado de papeles por un cosido en la parte superior. De esta manera, Chillida, que ha procurado dar ligereza a las estructuras más pesadas, logra crear el efecto dramático de peso y tensión mediante el papel que utiliza.

El cosido mismo nos evoca la caida del traje sobre el cuerpo, ajustando la superposición de formas y el desvelamiento de espacios. Con ello, Chillida trae otra de sus más caras obsesiones: la fascinación que en él siempre ha despertado la técnica de la representación de los paños y sus temblorosos pliegues, que absorben de forma ordenada la energía corporal, con un ritmo parejo al del oleaje marino.

Con esta superposición aérea, flotante, de hojas de papel, Chillida nos proporciona, en efecto, una maravillosa lección poética sobre el espacio, ese espacio que él siente lleno de vida y cuyas oscuras cualidades tensionales rellenan neumáticamente la base imaginaria que hace sostenerse en levitación la más pesada pieza o pegan, cuerpo sobre cuerpo, en medio de una mágica tensión magnética, dos papeles.

Hay más: contrastes de luz, no sólo en la contraposición de formas blancas y negras, sino en la estampación de los huecos o vacíos en blanco, que habría que llamar propiamente huecos o vacíos luminosos, excavaciones o huella de la luz. Y todavía más: configuraciones que huyen del centro, definiendo matrices espaciales de esa extraña y fascinante forma que es tan específica de la sensibilidad antropológica de la cultura vasca.

Límites espaciales

Y, en fin, esa manera de dibujar que opera definiendo límites espaciales, creando una escritura arquitectónica que conecta con los ritmos prehistóricos.Está, por consiguiente, todo el mejor Chillida en esta muestra de papeles y tintas que se exhibe en la sala Celini de Madrid. Una lección magistral sobre el peso de lo ligero, dada por quien nos ha dado tantas lecciones sobre la ligereza del peso.

Por ser cabal este poético concierto espacial, aquí lo es hasta el título, que es, sin duda, perfecto: Gravitaciones. Es la música de la gravedad, porque el vasco Eduardo Chillida es un artista que ha conseguido convertir ciertamente en música el peso.