La magia de una guitarra de Jerez

En el contexto del programa Madrid en vanguardia, que se celebra coincidiendo con Arco, la Asociación Cultural Hispano-Norteamericana ha organizado un ciclo dedicado al flamenco actual, que se inició con este concierto del guitarrista jerezano Gerardo Núñez. El ciclo ocupará todos los martes del presente mes de febrero.

Gerardo Núñez, él solo a cuerpo limpio -con la segunda guitarra de Cortés en un par de toques-, confirmó una vez más su excepcional clase de guitarrista, uno de los más interesantes de la generación que sigue a la de Paco de Lucía. Pese a su juventud, Nuñez cuenta ya con una madurez como concertista que asombra, porque realmente ni la técnica ni la naturaleza de la música flamenca tienen secretos para él.

Y digo esto precisamente al hilo de una actuación en que no tuvo acompañamiento de grupo, como en él es habitual, lo que para el intérprete comporta cotas mucho mayores de riesgo.

Instrumento difícil

Porque la guitarra flamenca es un instrumento siempre dificilísimo. Cualquier error, la más leve dubitación del intérprete, se agiganta, se refleja de forma desmesurada en el sonido. Núñez sabe todo esto, y lo obvia de la única manera posible: tocando impecablemente, con rigor sin concesiones. Comenzó con unas soleares que me parecieron un tanto distantes, como si aún no estuviera totalmente centrado en el empeño.Después, por granaínas, ya su discurso fue fluido y prodigioso, lleno de magia. Para pasar seguidamente al toque por bulerías, en que es un verdadero maestro. Tanguillos y tangos, con el acompañamiento de Cortés, estuvieron llenos de brillantez y rica sonoridad.

Previamente Eugenio Cobo dio una breve charla sobre tres cantaores por él investigados: Macandé, el Bizco Amate y Pepe Marchena.