Reventa
Por vez primera he adquirido localidades para la ópera de Madrid. Puesto que la taquilla abre a las doce de la mañana, me he presentado ante el teatro de la Zarzuela a las nueve de la mañana. Había poca gente; pregunto dónde se pone el último y me indican una lista en la que soy el número 132. ¿Cómo es posible? Me siento y observo la gente que espera. Hay un grupo de 20 jóvenes de unos 16 años con botellas de litro de cerveza en la mano. Pregunto extrañado a unas compañeras de infortunio: son los chicos de la reventa, son 20 ahora, pero 60 a las 11.30; imponen su lista ocupando los primeros puestos, con la sola presencia de unos pocos; son violentos, beben e intimidan a quien intenta protestar. ¿No es posible hacer nada contra este abuso? ¿No está la reventa prohibida? Quizá se pudiera vender las entradas con el nombre del comprador o simplemente perseguir legalmente a la agencia, conocidísima, promotora de la reventa.-