El Banco Popular pide al Gobierno que se pronuncie sobre la continuidad del proceso de concentración bancaria

Los máximos responsables del Banco Popular, el más pequeño de los siete grandes, quieren que el Gobierno clarifique si considera que el objetivo de concentración bancaria perseguido se ha cubierto con la fusión del Bilbao y el Vizcaya, o si piensa que debe continuar con otros bancos. Luis Valls, presidente del Popular, y Manuel Martín, secretario general, manifestaron ayer su deseo de "seguir siendo autónomos", aunque reconocieron que si hubiera una decisión política superior tratarían de conseguir "una fusión a tres o cuatro bandas" para que no hubiera "ni absorbentes ni absorbidos".

El secretario general del Banco Popular señaló ayer que "si se produjera algún proceso de fusión bancaria nuevo no sería fruto de una negociación entre las entidades", sino del mantenimiento de las decisiones políticas del Gobierno, lo que representaría, en su opinión, "la imposibilidad de realizar negociaciones" y sería todo bastante rápido.Luis Valls, por su parte, con su típico lenguaje, reconoció que los presidentes de los cuatro bancos cuya sede social se encuentra en Madrid -Central, Banesto, Hispano y Popular- han hablado en distintas ocasiones, "medio en broma medio en serio" sobre la posibilidad de hacer una fusión entre ellos, "juntos o separados, aunque se ha dejado abierto un período de respeto para la celebración de las juntas de accionistas".

"En todo caso", señaló Luis Valls, "los dos bancos vascos nos han enseñado el camino y que no pasa nada: los presidentes serían rotatorios -anualmente si la fusión a cuatro fuera posible- y nos iríamos jubilando a medida que pasara nuestro año. El último seguiría en los siguientes años".

El presidente del Banco Popular, en un folleto que redacta personalmente bajo el título de Repertorio de temas y que se reparte junto a la memoria de la entidad, señala que "como con la fusión de dos grandes bancos nacionales no se alcanza el objetivo gubernamental de tener algún banco de dimensión europea se deberá analizar la posibilidad de fusionar tres o cuatro bancos grandes". Manuel Martín, señaló que, en cualquier caso, "no ha habido conversaciones que puedan considerarse como tales entre los cuatro bancos madrileños porque queremos mantener nuestra autonomía".

Pérdidas en la bolsa

Los beneficios después de impuestos del grupo del Banco Popular se situaron en 24.285 millones de pesetas, con un crecimiento del 8,4%, porcentaje modesto que se explica por la necesidad de las instituciones financieras a cumplir escrupulosamente la normativa sobre pérdidas y provisiones derivadas del crash de las bolsas españolas.El grupo del Popular ha tenido que destinar algo más de 1.600 millones de pesetas a cumplir estas exigencias: 300 millones son pérdidas materializadas por la venta de acciones en los últimos meses del pasado año y el resto provisiones por las posibles minusvalías que se materializarían si vendieran el resto de su cartera de valores.

El Banco Popular, para defenderse de la posible entrada de accionistas no deseados que tuvieran un paquete importante de acciones, inició a finales del pasado verano un proceso de acercamiento a distintos accionistas cualificados para atraerles tanto al consejo de administración como al grupo de sindicación que ha venido funcionando como un segundo consejo algo más numeroso.Hasta la fecha, el consejo ejerce el control, directo e indirecto, de un porcentaje próximo al 33% del capital, que unido al 5% de autocartera que posee en la actualidad, le garantiza la práctica imposibilidad de que algún grupo trate de hacerse con un paquete accionarial de control, que sería bastante más pequeño, como está ocurriendo en los dos mayores bancos nacionales."En estas condiciones", dijo Manuel Martín, "y la vista de los procesos iniciados en el sistema financiero, lo cierto es que los temores a agresiones de accionistas no deseados parecen alejarse en el tiempo".