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Un policía reconoce que tenia pistas "comprobadas" sobre los asesinos de Brouard

El comisario Antonio Rosinos, primer policía encargado del caso Brouard, se negó a facilitar al juez instructor de Bilbao la identidad del confidente que dos días después del asesinato del dirigente aberizak le facilitó información "comprobada" sobre los autores del crimen, según sus declaraciones realizadas el mes de diciembre. Rosinos reconoce que el confidente le demostró que la información era cierta, le informó sobre una reunión en Madrid donde se acordó la muerte de Brouard 15 días antes de su asesinato y preciso que sus superiores estaban informados de estas confidencias.

En la declaración prestada por Rosinos ante el juez instructor de Bilbao el pasado mes de diciembre, el comisario realiza unas consideraciones previas donde hace constar: "Mis colaboradores saben que nunca fallo y siempre cumplo", y viene a precisar que un buen policía no puede delatar a sus colaboradores, por su propio prestigio y por el éxito de las investigaciones.Rosinos reconoce que dos días después del asesinato de Santiago Brouard, ocurrido el 20 de noviembre de 1984, recibió una llamada telefónica de un confidente que le facilitó una información "que me demuestra que era cierta", según su declaración al juez instructor de Bilbao.

El confidente le proporcionó datos suficientes sobre los autores del asesinato y le exigió dinero para facilitar a la policía su detención. Rosinos precisa en su declaración que comunicó esta situación al jefe superior de Policía de Bilbao, Miguel Planchuelo; al entonces director general de la Policía, Rafael del Río, así como al juez y al entonces fiscal encargado del caso, Emilio Valerio Martínez, posteriormente apartado de la investigación por unas declaraciones realizadas a los medios de comunicación.

Rosinos reconoce que se le autorizó el pago de cinco millones de pesetas al confidente para localizar y detener a los autores del asesinato. Fue entonces, según su declaración, cuando llamó a un experto para realizar un retrato robot de los autores del crimen.

Rosinos añade que desconoce quién filtró los retratos robot a los medios de comunicación, pero su publicación provocó que el confidente se negara a seguir colaborando.

El primer comisario encargado de la investigación del asesinato de Brouard reconoce que efectivamente hubo una reunión en Madrid donde seacordó la muerte del dirigente abertzale 15 días antes de su asesinato, y posteriormente otra en Castro Urdiales (Santander). Rosinos reconoce que su confidente le facilitó esa información, que pudo demostrar que era cierta, y se negó a facilitar al juez instructor el nombre del mismo. También reconoce que puso la información "en conocimiento de sus superiores" y que "comprobó que eran ciertas las pistas del confidente".A preguntas de José Emilio Rodríguez Menéndez, abogado defensor del único procesado en el caso, Rosinos reconoció que había elaborado un informe confidencial para sus superiores sobre el caso Brouard, y precisó que las armas utilizadas en el crimen eran poco corrientes y de dificil localización, que se pueden hallar sólo en anticuarios o en los bajos fondos de Marsella.

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El entonces director general de la Policía apeló al secreto de Estado cuando fue interrogado en el juzgado de Bilbao sobre diversos aspectos del conocimiento que tenía (por las declaraciones de Rosinos) sobre el asesinato de Santiago Brouard, especialmente de los datos sobre los autores del crimen y la reunión previa a su muerte donde se acordó el asesinato.

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