Espejismo en Haití

Desde el domingo, Haití tiene presidente electo. Las apariencias se han salvado. Tras un escrutinio sin incidentes violentos, los resultados son presentables: Leslie Manigat es elegido con el 50,29%, de los votos emitidos.Manigat no creyó deber renunciar a su candidatura, a pesar de que el escrutinio se preparase bajo el control, del Ejército, tras el sangriento fracaso de la primera convocatoria. Aunque ha ganado el apoyo de los militares, y tal vez el de EE UU, el futuro jefe del Estado no ha provocado el entusiasmo de los electores: sólo un 30% oficialmente acudió a las urnas.Estas elecciones, que tenían que permitir el nombramiento de diputados y alcaldes, han conducido, con la ausencia de los candidatos de la oposición, a la elección de numerosos dignatarios del antiguo régimen. Estos son, con los militares, los grandes triunfadores tras dos años de transición democrática.

El nuevo presidente no tendrá la tarea fácil. La composición del Gobierno permitirá conocer el nivel de independencia y determinación de un hombre considerado hábil, frente a molestos aliados.

En un momento en el que Manigat debe ante todo convencer a EE UU para que restablezca su ayuda, vital para el país, su postura ante la oposición y la Prensa, que disfrutan aún de una cierta libertad, será el signo más tangible de su voluntad por hacer de esta nueva etapa de la vida de Haití algo más que un espejismo.

, 25 de enero