Diplomático profesional, liberal y discreto
El director general de Asuntos Consulares, Rafael Pastor Ridruejo, de 55 años, que accedió a su puesto en el Ministerio de Asuntos Exteriores en octubre de 1983, es considerado en medios del departamento como un diplomático profesional, liberal, discreto y tenaz. Es extraño encontrarse con enemigos de este veterano alto funcionario, a pesar de una campaña de desprestigio acusándole falsamente de opusdeísta que se produjo poco después de iniciarse, hace meses, la carrera para la subsecretaría del departamento. Pastor desmintió en sus círculos próximos esta campaña.El veterano diplomático, que se ha distinguido en los últimos años por su trabajo en la ayuda a españoles con dificultades en el extranjero, también es un destacado especialista en temas antiterroristas de la Comunidad Europea. Es el único miembro de Exteriores que acude a las cumbres del Grupo de Trevi -reunión de los ministros del Interior de la CE sobre antiterrorismo y delincuencia organizada-, donde también se abordan cuestiones de inmigración.
Pastor ha tratado siempre de permanecer en el anonimato hasta que sus trabajos profesionales le hicieron saltar a las páginas de los periódicos.
"No volveré a España sin el capitán Peciña", decía el director de Asuntos Consulares antes de embarcarse para Lagos (Nigeria), donde consiguió la liberación del capitán tras meses de arduas negociaciones.
Pastor también participó en la negociación con el líder libanés de Amal, Nabili Berri, para lograr la libertad de un geo y dos funcionarios de la Embajada de España secuestrados en Beirut.
Pastor pensaba, al hacerse cargo de Asuntos Consulares, que se iba a ver enterrado en legajos, pero ha terminado convirtiéndose en salvador de náufragos. En medios diplomáticos se le llama cariñosamente el apagafuegos. Además de participar en la vuelta de los pescadores del Junquito, atacado por el Frente Polisario, ha visitado a los presos españoles en cárceles extranjeras para negociar indultos o reducción de sus condenas, así como para conseguirles un buen trato en países donde sobrevivir a unos años de prisión puede ser un milagro.
Pastor ha tenido tiempo también para visitar a los españoles reclusos por tráfico de drogas en Tailandia, Colombia y Perú y para conseguir la vuelta de dos técnicos aeronáuticos detenidos en Zimbabue tras el asesinato del embajador de España en ese país.
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