Ida y vuelta
Francia está dirigida por un Gobierno liberal que respeta la ley del mercado, que sabemos que se prolonga eventualmente en la ley del trapicheo.En virtud de esta última, que cada vez tiene las fronteras más difusas, los refugiados políticos pueden servir de moneda de intercambio. Claro está que con riesgos cuando, con el pretexto de la "extrema urgencia se improvisan los motivos de la expulsión o se equivocan de sospechoso: si no es éste será su hermano, o su hermana o su primo.
15 de enero
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