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Todos contra Nicaragua en la 'cumbre' centroameriana

Antonio Caño

La cumbre de San José, la reunión de presidentes centroamericanos convocada para avanzar en el proceso de paz iniciado hace cinco meses, comenzó ayer en la capital costarricense con ánimos de hostigamiento contra Nicaragua. Los presidentes de Honduras, José Azcona, y de El Salvador, Napoleón Duarte, dijeron claramente a su llegada que venían a pedir cuentas y sanciones contra el régimen sandinista, al que acusan de haber incumplido los acuerdos suscritos en la anterior cumbre, conocida como Esquipulas 2.

El líder nicaragüense, Daniel Ortega, apeló al espíritu cristiano de sus homólogos para trabajar con buena voluntad" por la paz. Ortega, que por razones de seguridad llegó ayer a San José por carretera, manifestó que defenderá ante los demás presidentes la necesidad de mantener vigentes los acuerdos de Guatemala e invitó a EE UU a reunirse con él en San José para discutir sus relaciones bilaterales sobre la base de Esquipulas 2.Antes de Ortega, en la noche del jueves, habían llegado Azcona y Duarte, quienes adelantaron su viaje para mantener, según fuentes no oficiales, una reunión a tres bandas con el presidente Oscar Arias.

Duarte manifestó que se opondrá tajantemente a la ampliación de los plazos para el cumplimiento de Esquipulas 2 porque "si Nicaragua nos ha engañado una vez, lo seguirá haciendo". "Voy a ser inflexible", dijo en tono encendido, "no voy a aceptar que me den excusas para el incumplimiento de los acuerdos porque yo no puse ninguna excusa".

Acciones coercitivas

Azcona dijo que, mientras no se tomen acciones 'Tuertes, paralelas, coercitivas", su país no estará dispuesto a que se den nuevos plazos para el cumplimiento de los acuerdos. Afirmó que Honduras se ha ajustado cabalmente a los compromisos contraidos y dijo que Nicaragua "no ha cumplido absolutamente nada o ha tomado medidas superficiales".Tanto el presidente hondureño como el salvadoreño se refirieron al apoyo de Estados Unidos a la contra como un tema menor y señalaron a Nicaragua como el responsable absoluto de la guerra en Centroamérica. Duarte mencionó que una de las razones por las que no se deben ampliar los plazos de Esquipulas 2 es que la votación en el Congreso norteamericano de la ayuda a los antisandinistas, prevista para el próximo 5 de febrero, se haga .sin interferencia de Centroamérica".

Frente a estas posturas, Ortega sorprendió en su conferencia de prensa con palabras conciliadoras -"vengo como constructor de la'paz, interpretando los sentimientos cristianos de mi pueblo"-, casi poniendo la otra mejilla. Agradeció la carta que le envió esta semana el presidente Arias urgiéndole a cumplir los acuerdos de paz, de la que dijo que estaba "llena de espíritu reflexivo". De El Salvador y Honduras no quiso opinar por entender que los presidentes "no deben levantamiento del estado de emergencia y de amnistía en su país "están en manos de la CIVS" esperando que ésta certifique el cese de la ayuda norteamericana a la contra.

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Ortega no manifestó una posición rotunda sobre la posibilidad de alargar los plazos de Esquipulas 2, pero dijo que "este proceso no debe tener un carácter indefinido".

La trascendental reunión de, los cinco presidentes centroamericanos comenzó al mediodía (primera hora de la noche en España). El documento de la CIVS, que, por mandato de Esquipulas 2, debía ser el objeto principal de discusión, ha sido ya descalificado por Honduras y El Salvador. Solamente Ortega se ha referido a él.

En medio de todos queda Óscar Arias, de quien se espera que, por su propio prestigio, intente algún resultado positivo.

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