La inactividad es buena tapadera
El mimetismo de los mercados de valores españoles respecto a las grandes bolsas internacionales comienza a ser preocupante, pues impide cualquier toma de decisiones contando tan sólo con las expectativas internas. Las convulsiones del mercado norteamericano en la tarde del lunes se han traducido en una jornada en la que los altibajos sectoriales han puesto la única nota de color. Si Wall Street no supo resolver su situación, no parece que haya que esperar soluciones definitivas por parte de unos mercados que prefieren dejarse llevar por los acontecimientos antes que apostar por un determinado futuro. Papel y dinero han vuelto a escudarse en la inactividad a la espera de que la ocasión se les presente más favorable.Ni compradores ni vendedores se deciden a hacer efectivas sus posiciones pues, mientras que el ambiente de casa es más que aceptable, la situación internacional obliga a tomar toda una serie de precauciones. De un lado se cuenta con unas fuertes tomas de posiciones en las sesiones del viernes y el lunes, mientras que del otro está un apreciable volumen de papel que puede ponerse en movimiento en cuanto se pronuncie la palabra crisis. Expectativas medianamente positivas se ven frenadas por el ambiente de desconfianza que impera en los mercados financieros a nivel internacional.
En esta sesión, la preocupación llegó de la mano del sector bancario, ya que hasta ese momento las cosas rodaban bastante bien. Los grupos industriales consiguieron mejorar sus posiciones, recuperando algunos valores las pérdidas del día anterior. Fueron pocos los que cedieron posiciones en una sesión en la que se pensaba más en lo que pudiera suceder por la tarde en otras latitudes que en lo que se estaba haciendo. La caída de 114 enteros que sufrió Banesto fue lo más destacado de esta jornada.
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