Carabanchel, séptima galería

Después de ver el brillante programa de TVE Documentos TV que llevaba por título Carabanchel, séptima galería, emitido el lunes 14 de diciembre de 1987, una persona mínimamente sensible no puede menos que estremecerse. Se estremece al contemplar el trato animal que reciben nuestros presos, y al tiempo uno se pregunta qué sentido tiene vivir en un Estado social de derecho y contemplar esto. ¿De qué sirven entonces las declaraciones de derechos y libertades que tanta sangre nos ha costado y durante tantos años?Todos los penalistas actuales convienen en la necesidad de una condena socialmente eficaz; en la necesidad de una pena justa y al tiempo útil. Y cualquiera que conozca el estado de nuestras cárceles se pregunta: ¿qué utilidad puede tener que los presos sufran de manera tan despiadada y cruel? ¿Se rehabilitan así nuestros presos? Algunos desconfían de que la privación de libertad, de por sí, sirva para rehabilitar a nadie; pues bien, hacinarlos entre chinches, expuestos al temido SIDA, despreciados como animal es, así, no creo que se rehabilite nadie. Se consigue, eso sí, fomentar en ellos los malos deseos, los más tremendos resentimientos que más tarde pueden ser otra vez vertidos contra inocentes.

Señores gobernantes: mientras nuestros presos sigan en estas condiciones, mientras la leche sólo se le sirva bajo prescripción facultativa, mientras se pudran de asco como hasta ahora, mayor delincuencia generan y menos posibilidades de que estas personas descarriadas trabajen por su nación. Una España que, hoy debe avergonzarse profundamente de sus cárceles y aún más de ustedes. -

Después de ver el programa Documentos TV del día 14,de diciembre de 1987, relativo a la prisión de Carabanchel, quiero hacer las siguientes puntualizaciones:

1. Es absolutamente falso que los funcionarios de prisiones se avergüencen de su profesión y oculten a sus amigos la naturaleza de su trabajo, tal y como se afirma en el citado programa. Además de faltar descaradamente a la verdad, el director del espacio televisivo demuestra, en este punto, una clara irresponsabilidad.

2. Los funcionarios de prisiones son los primeros interesados en que se dignifiquen las condiciones de los establecimientos penitenciarios (precisamente porque trabajan en ellos de continuo), y han sido y son los que con mayor fuerza e insistencia han denunciado y denuncian las calamitosas condiciones de algunos de ellos.

3. La prisión de Carabanchel sólo se representa a sí misma. Es un caso extremo y en modo alguno trasladable a la generalidad de prisiones del Estado.

4. Por último, resulta lamentable e indignante a la vez que se utilicen programas de este tipo, además de para vender buenas dosis de morbo, para dar una imagen del funcionario de prisiones totalmente deformada y que en modo algunos corresponde con la realidad que conforman más de 8.000 personas.- Manuel Martínez Cano secretario general de la FSP-UGT de Manzanares. Ciudad Real.