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El ministro de Economía de Francia reconoce la existencia de un pacto secreto para mantener el dólar

Lluís Bassets

El ministro de Economía y Finanzas francés, Edouard Balladur, confirmó ayer que el grupo de los siete países más industrializados firmaron el pasado 22 de febrero de 1987 una cláusula secreta destinada a garantizar la intervención de los respectivos bancos emisores en caso de una oscilación excesiva de las paridades entre sus monedas. La declaración fue publicada por el diario económico, La Tribune de l' Expansion y presentada como un llamamiento a la creación de un nuevo orden monetario internacional por parte del ministro francés, con motivo de la nueva etapa del periódico.

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El 22 de febrero de 1987 se reunieron en la sede del Ministerio de Economía francés, en el ala norte del palacio del Louvre, los ministros de Economía de los seis países más industrializados, pertenecientes al G-7 o grupo de los siete (Italia-estuvo ausente por un problema de procedimiento y cortesía en la convocatoria).En el comunicado final de la reunión se confirmaron las grandes líneas de política económica de los participantes, pero se insinuó la existencia de una horquilla de oscilación en las paridades y de unos compromisos de intervención gubernamental, comprando o vendiendo moneda, destinados a garantizar la estabilidad monetaria.

Los ministros de Economía decidieron mantener secretas estas cláusulas para evitar que se hablara de fracaso si, como ha sucedido, se producía una variación de cursos desproporcionada. Para algunos comentaristas, los acuerdos del Louvre fueron un intento imperfecto de crear un sistema monetario mundial, pues el carácter de las cláusulas secretas las convertía en no obligatorias para sus firmantes, como también han demostrado los acontecimientos posteriores.

Edouard Balladur asegura en su declaración de ayer que "la cooperación internacional es la única vía que permitirá al mundo la corrección de los desequilibrios considerables pern-útidospor el actual sistema de cambios flotantes". Según su forma de presentar las cosas, "la creación del Sistema Monetario Europeo, los acuerdos del Louvre y el reciente comunicado del G-T' van todos en este sentido, a pesar de que desde ladeclaración de los siete el dólar ha caído (sin contar ayer) en un 4%.

Relativo optimismo

"Hay que alegrarse, pero no quedarse en este punto", asegura Balladur respecto a los esfuerzos realizados hasta ahora, y añade: "Estoy convencido de que será necesario comprometernos en la construcción de un auténtico orden monetario internacional. Esto no podrá tener como único objetivo resolver los inconvenientes de la flotación de las monedas, sino instituir o reinstituir un sistema que comporte en sí mismo sus automatismos y sus sanciones".El ministro de Economía juzga positivamente los esfuerzos realizados por alemanes occidentales, japoneses y norteamericanos, pero los juzga insuficientes, y recuerda, principalmente a los socios más desmemoriados, los mencionados acuerdos secretos, cuya aplicación, según se insinúa, debiera haber amortiguado una caída del dólar de las actuales dimensiones.

El consejero económico de Ronald Reagan, Beryl Sprinker, declaró hace escasos días que el último comunicado del G-7 no contiene ninguna cláusula que obligue al mantenimiento de la moneda norteamericana.

A pesar de todos los esfuerzos llevados a cabo, hay que tener en cuenta cxomo último ejemplo que los bancos suizos redujeron ayer en medio punto -hasta el 2,5%- el tipo de interés de remuneración de sus pasivos, la divisa de Estados Unidos ha iniciado el año con la misma debilidad con la que acabó el anterior y a pesar de todas las declaraciones en sentido contrario que se han venido efectuando.

La falta de una decisión política firme de alcanzar un acuerdo para lograr una mínima estabilidad en los tipos de cambios de las principales monedas mantiene las fluctuaciones de las últimas semanas.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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