Cerrar el círculo

La agencia griega de noticias difundió en 1983 un informe confidencial por el que el Gobierno heleno planteaba a la Comunidad Europea (CE) la conveniencia de que Grecia quedara unida a Italia por un túnel submarino, de más de 100 kilómetros de longitud, equipado en un principio para el tránsito ferroviario. De esta forma, las comunicaciones de los países comunitarios con su nuevo miembro y con Oriente Próximo "no dependerán del curso político de los acontecimientos en Austria o Yugoslavia", señalaba el informe.

La ingeniería ha comenzado a trazar ya sobre el mapa del Viejo Continente las posibilidades futuras que se derivarían de una acción similar: Grecia quedaría conectada con Italia a través de ese túnel; la península Itálica tendría un enlace fijo con Sicilia y la isla, a su vez, podría tener conexión con Túnez; y España y Marruecos tendrían un enlace fijo, bien sea un puente o un túnel. África y Europa, de esta forma, tendrían dos vías de comunicación permanente.

Oriente Próximo

Es ya realidad la autopista Transeuropea Norte-Sur (TEM). Austria, Bulgaria, Grecia, Hungría, Italia, Polonia, Rumania, Checoslovaquia, Turquía y Yugoslavia han decidido unir sus esfuerzos para construir, antes de 1990, 10.000 kilómetros de autopista.

Esta vía de comunicación nacerá en Gdansk (Polonia) y discurrirá hasta Viena (Austria), donde conectará con las arterias centroeruporeas y entrará en España por Irún. La carretera se dirigirá desde Viena hasta Constanza (Rumania). Otra vía, que enlazará Budapest (Hungría) con Zagreb (Yugoslavia) -desde donde se abrirá otro eje de comunicación con Europa Occidental que discurrirá por el norte de Italia-, se dirigirá por Sofía (Bulgaria) hasta Mersin (Turquía). Europa quedará así conectada con Oriente Próximo y, a través de él, con el norte de África. El círculo se cerraría con la comunicación que se podría establecer entre España y Oriente Próximo a través del estrecho de Gibraltar.