"Enganchados" al juego
Los afectados por esta adicción no tóxica necesitan el apoyo de grupos de "autoayuda" y tratamiento médico
Como cada año, la lotería es uno de los protagonistas de la Navidad. Pero ese juego, junto con las quinielas, tragaperras, loto y otros juegos de azar, no es tan inocuo como parece. Aún son muy pocas las personas que aceptan su condición de adictas al juego, considerado la única droga no tóxica, pero quizá menos aún son conscientes de que es un problema de tipo psicológico para el que existe tratamiento. Como ocurría hasta hace poco con el alcoholismo, el juego patológico se interpreta como un vicio. Los que lo sufren suelen ser personas con problemas en el control de los impulsos.
Al igual que los alcohólicos los adictos al juego se encuentran con frecuencia en situaciones desesperadas. "El 90% de los pacient-,s con problemas de juego patológico que vemos en nuestro servicio acude por intentos de suicidio", señala el doctor Jerónimo Saiz, jefe clínico de psiquiatría en el hospital Ramón y Cajal de Nladrid, en donde llevan tratando el tema desde 1981. Generalmente, el trastorno se inicia como consecuencia de un desencadenante exterior, la mayoría de las veces una situación de estrés, soledad o depresión. La conducta de jugar se mantiene básicarnente por un refuerzo intermitente. "Este tipo de refuerzo es el más efectivo para mantener una conducta, y también el que la hace más resistente a su extinción; pero también son muy importantes todos los estímulos que forman el ambiente de juego: sonidos, luces, música, voces, que favorecen la respuesta de jugar, explica Angels González, psicóloga del servicio de psiquiatría del hospital de Bellvitge, de Bareelona.No todos los juegos crean el mismo grado de adicción; depende de la actitud del jugador (activa en bingos, ruletas, máquinas, o paisiva en loterías o quinielas). Las máquinas tragaperras son las que crean mayor dependencia, ya que el ritmo de apuestas es de segundos y tienen una cadencia irregular en la secuencia de premios. Se podría decir que la intervención directa del jugador y la inmediatez de respuesta son los factores que más enganchan.
La Asociación Americana de Psiquiatría establece el diagnóstico de los jugadores patológicos con estos criterios: están crónica y progresivamente dominados, no meden resistir los impulsos del juego y sufren alteraciones personales y problemas familiares y profesionales. A veces llegan a verdaderos cuadros de síndrome de abstinencia. El mono de los jugadores patológicos ha sido caracterizado por síntomas vegetativos como temblor, sudo ración, dolores de cabeza, voz temblorosa, diarrea, vómitos náuseas, cansancio, insomnio y pesadillas.CaracterísticasNo puede hacerse una descripción del paciente-tipo. En una muestra de jugadores patológi cos recogida por R. Nora en el John F. Kennedy de Nueva Jersey (EE UU) se observaron distintas características: nivel de inteligencia elevado, mayoría con estudios superiores, buenos tra bajadores y padres de familia responsables antes del trastorno; podía afectar a cualquier profesión. Según varios autores, no existe una única personalidad, sino factores significativos de personalidad que contribuyen a la adicción de cualquier tipo de estímulo: drogas, alcohol, juego.
En la misma línea se manifiesta el doctor Saiz: "Suelen ser personas de todas las clases sociales; sin embargo, en su historial pueden verse coincidencias de alcoholismo o intentos de suicidio propios o de familiares directos". Su equipo ha tratado a unos 70 pacientes, aunque el control regular tan sólo ha sido posible realizarlo con 20 de ellos porque se abandonan la terapia y no vuelven por el centro. Los tratamientos empleados (psicoterapia individual o de grupo y farmacológicos) han resultado "un notable fracaso, ya que cualquier adicción tiene pobres resultados en el tratamiento, y además llegan al servicio cuando están en situaciones críticas". En opinión del doctor Saiz, la solución debería centrarse en grupos de autoayuda del tipo de Alcohólicos Anónimos, coordinados por un ex jugador y asesorados técnicamente por especialistas. En cuanto a la financiación de estas organizaciones, la doctora González y el doctor Saiz coinciden en que debería ir a cargo de los organismos que controlan el juego, ya sean nacionales o autonómicos.Probar fortuna
Algunos jugadores patológicos, desde el momento en que se inscriben en la citada lista, sienten deseos de probar fortuna en otros juegos que hasta entonces no habían frecuentado, y habida cuenta de la variada oferta que presenta el mercado, lo tienen fácil. El tratamiento comienza, según explica la psicóloga Angels González, en una exploración psicológica completa para diseñar la terapia adecuada a las variables de personalidad de cada paciente.
Dicho tratamiento, que no excluye el farmacológico, está basado fundar.nentalmente en técnicas de modificación de conducta. La que más se utiliza es la denominada exposición in vivo, que consiste en acompañar al paciente al lugar habitual en el que tiene el problema -bingo, bar con tragaperras- y no dejarle jugar, controlando la ansiedad que ello provoca. "Se trata", aclara la psicóloga, "de descondicionar al paciente del juego y acondicionarlo a una conducta normal: no jugar". Una nueva actitud que después del tratamiento deberá seguir a rajatabla, porque los pacientes curados no pueden volver a jugar jamás.
Difícil de denominar
El término juego patológico es una más de las diferentes denominaciones existentes: juego compulsivo, adicción al juego, dependencia del juego, etcétera. Esto se debe a las dificultades de clasificación de este trastorno. Algunos autores prefieren considerarlo un trastorno con identidad propia. El manual de diagnóstico psiquiátrico de la Asociación Americana de Psiquiatría lo incluye como "trastorno del control de los impulsos no clasificados en otros apartados". Para la mayoría de los psicoanalistas es una forma de conducta neurótica. Según Jerónimo Saiz Ruiz y López lbor, el término juego compulsivo no es del todo correcto y consideran que es más exacto llamarlo juego impulsivo, lo que según ellos se acercaría más a las conductas adictivas.El juego patológico formaría parte de las adicciones no tóxicas, en cierta manera la forma más pura y menos específica de adicción. En las últimas investigaciones sobre los neuromodul adores se ha visto que probablemente en todas las adicciones pueden operarse mecanismos neuroquímicos- similares.
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