Fernández Ordóñez prepara una amplia reorganización en Asuntos Exteriores

Varios de los principales cargos de Ministerio de Asuntos Exteriores experimentarán una renovación a lo largo de 1988, dada la desde hace meses anunciada dimisión del actual secretario general de Política Exterior, Máximo Cajal -considerado, de hecho, el número dos, del departamento- y el probable pase del actual subsecretario, Fernando Perpiñá-Robert, a una embajada, que podría ser Bonn. También se esperan inminentes cambios en al menos 10 embajadas.

Fuentes del palacio de Santa Cruz han señalado que aún no existen nombres confirmados para relevar a Cajal y a Perpiñá-Robert, si bien algunos círculos del. Ministerio de Exteriores barajan como posible el del representante ante la Comunidad Europea, Carlos Westendoro, como futuro secretario general. Cajal, que hace ya meses había anunciado al ministro Fernández Ordóñez su deseo de abandonar la secretaría general del ministerio, dejará probablemente el cargo en las próximas semanas, pero se mantendrá, en calidad de asesor del ministro o en otra similar, al frente del equipo que negocia la reducción de tropas norteamericanas con España, así como un nuevo convenio de amistad y cooperación con EE UU.Las mismas fuentes subrayaron que el hecho de que vaya a producirse un cierto cambio de rostros no significa en absoluto que varíe la política del departamento o, en general, la orientación de la política exterior española, cada vez más volcada al doble objetivo de prepararse para asumir, en 1989, la presidencia de la Comunidad Europea -de ahí las hipótesis que sitúan a Westendorph en el segundo puesto del departamento- y tratar de asumir una función de portavoz de los intereses latinoamericanos ante la CE.

Baile de embajadores

Al margen de las sustituciones en dos de los tres principales cargos del segundo escalón del departamento -el secretario de Estado de Cooperación Internacional, Luis Yáñez, debe mantenerse en el puesto, y nadie piensa que Fernández Ordóñez pudiese verse afectado por una próxima crisis de Gobierno-, se prevé que en las próximas semanas se produzcan relevos en al menos 10 embajadas: Holanda, Brasil, Rumanía, Checoslovaquia, Ecuador, Guinea Ecuatorial, Uruguay, Suráfrica -el actual embajador, Federico Garayalde, irá a Montevideo- y Nicaragua, para donde el más firme candidato es el actual embajador en Angola, Ángel Fernández Mazarambroz, por lo que habrá de buscarse un nuevo representante en Luanda.También son de prever próximos relevos en Bonn -adonde podría ir Perpiñá-Robert- y tal vez Londres, caso de confirmarse finalmente el pase del actual embajador, José Joaquín Puig de la Bellacasa, a un importante puesto en la Casa Real. De todas formas, los cambios en la RFA y en el Reino Unido no parecen tan inminentes como en los otros países anteriormente citados, pudiendo retrasarse hasta el próximo verano.

Igualmente, y siguiendo lo ocurrido en la Dirección General de Iberoamérica, se esperan relevos a lo largo de 1988 en algunas direcciones generales del departamento, entre ellas la Oficina de Información Diplomática, ya que Inocencio Arias pasará a ocupar una embajada antes del verano. El nuevo director general de Iberoamérica, Yago Pico de Coaña, hasta ahora embajador en Managua, tomó el pasado viernes posesión de su cargo, en el que sustituye a Juan Pablo de la Iglesia.