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El alcázar de Koru

El Ayuntamiento de Koru, un barrio obrero del suroeste de Seúl, se había convertido desde el miércoles por la tarde en el alcázar de la oposición, que denunciaba desde allí, con la prueba de cuatro urnas fálsificadas, que las elecciones presidenciales estuvieron plagadas de irregularidades.Dos millares de personas, en su mayoría estudiantes, se encerraron en el lugar, custodiando celosamente la prueba del delito y teniendo como rehenes a un centenar de empleados públicos. La consigna era aguantar hasta el final para despertar la conciencia de la población.

A escasos metros del lugar, amenazantes policías antidisturbios, vestidos con uniforme verde, sudadera del mismo color y casco de rejilla negro, recordaban a los concentrados ocasionalmente sus intenciones, pero sin avanzar.

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La noche del jueves al viernes creció el clima de expectación cuando la zona se llenó de policías antidisturbios y agentes de paisano. Un hombre de 41 años decidía prenderse fuego, causándose quemaduras gravisimas. En esas lloras llegaba a Seúl la noticia de que el Departamento de Estado norteamericano bendecía el triunfo de Roh.

A las 6.35 del viernes comenzaba el asalto al alcázar coreano. La batalla duraría hasta las 9.05.

"Por favor, no disparen más bombas lacrimógenas. Estamos a punto de morir", se leía en un texto desplegado desde una de las ventanas del edificio de cinco plantas. Alrededor de 4.500 uniformados tenían rodeados al millar de personas que se encontraban dentro.

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El asalto fue gradual, piso por piso. Los encerrados hacían frente con palos, mesas, sillas, bombas de gasolina y otros objetos al batallón verde.

El último reducto de los atrincherados fue el tejado. Allí, los resistentes contraatacaban con adoquines y tejas arrancadas. Varias colchonetas habían sido colocadas por la policía abajo, para, evitar un suicidio colectivo. Vang Won Tae, un joven de 23 años, caía al vacío en el forcejeo con los agentes y se fracturaba las piernas.

La policía rescataba las urnas y las trasladaba a otro centro de recuento de votos. La batalla de Koru concluía con 993 detenidos, 42 heridos (entre ellos 24 policías) y 11 vehículos destrozados.

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