El comité de empresa de Alúmina-Aluminio propone a los trabajadores volver "temporalmente" a la factoría

Un portavoz del comité de trabajadores de la empre3a Alúmina-Aluminio de San Ciprián, situada al norte de la provincia de Lugo, señaló en la madrugada de hoy que habían decidido proponer a la asamblea que volvieran a arrancar de forma temporal las series para evitar la solidificación de¡ aluminio, que supondría el cierre total de la factoría. Diez minutos antes de la decisión del comité, Manuel Franco, director de producción de la empresa, señaló que el sistema de producción se había paralizado y que ponerlo de nuevo en funcionamiento supondría una inversión superior a los 15.000 millones de pesetas. Los trabajadores calificaron de "exagerados" estos argumentos, ya que, según dijeron, los costes serán sólo energéticos y no será necesario cambiar las cubas.

Antonio Casal, portavoz del comité de empresa y miembro de la Intersindical de Trabajadores Galegos, declaró a este periódico que habían comunicado a la direcció a su intención de volver al trabajar si se reconoce que el paro está justificado por el punto 19.5 del Estatuto de los Trabajadores [los empleados podrán parar las instalaciones si consideran que existe peligro] y que las sanciones sólo serán aplicadas a los miembros del comité de empresa. Al cierre de esta edición la dirección de la empresa no había contestado a la última propuesta del comité.Manuel Franco, director de producción de Alúmina-Aluminio, confirmó a las 0.30 de hoy, miercóles, que el sistema de producción de la empresa estaba paralizado y que ponerlo de nuevo en fwicionamiento supondría una inversión superior a los 15.000. "Además de las pérdidas económicas hay que contar con la pérdida del mercado porque no vamos a poder servir a nuestros clientes durante bastante tiempo" señaló Franco.

Sobre las ocho de la tarde de ayer la dirección había entregado un escrito al comité de empresa en el que señalaba que las series de electrolisis y por tanto las cubas habían dejado de estar en operación normal y no podían ponerse de nuevo en marcha con los medios habituales. El comité de empresa informó a la asamblea que conservaría la calma porque interpretaba que las instalaciones de la empresa aún no habían sufrido deterioro irreversible ya que el comunicado citado no mencionaba que la serie de electrolisis y las cubas estuviesen en situación irrecuperable.

A las 13.30, la dirección de la empresa había informado que, desde las diez de la mañana, las cubas de purificación de aluminio de la serie A estaban ya en proceso de enfriamiento y que la serie B comenzaba a tener serios problemas por agotamiento del escaso personal encargado de su mantenimiento. La opinión de los trabajadores era que las cubas tardarían incluso de 12 a 20 horas en enfriarse.

La última oferta de la empresa, dada a conocer aproximadamente a las cuatro de la tarde, se centraba en que el barco con los bidones tóxicos le iría inmediatamente [lo que ocurrió tres horas después], que el cobro o no de los salarios de los días no trabajados desde el sábado hasta hoy [por ayer] se sometería a arbitraje y que sólo se abrirían expedientes a los miembros del comité de empresa, formado por UGT, CC OO, USO, Intersindical de Trabajadores Galegos y dos independientes.

La respuesta del comité fue que el barco tenía que zarpar inmediatamente o que, en caso contrario, se les expidiera un certificado garantizando su no peligrosidad para la población, cobro íntegro del salario de estos días y no admisión de los expedientes sancionadores.

Según comunicó a la asamblea permanente de trabajadores el presidente del comité, el ugetista José Ángel Pérez, la respuesta de la dirección, dada a conocer a las cinco de la tarde, fue que tenían que entrar a trabajar y que todos los puntos se discutirían después de que la fábrica volviera a la normalidad. El comité se ratificó en su oferta anterior, pero además exigió la dimisión de Eduardo Monteiro, director general de producción básica del Instituto Español del Aluminio (Inelsa), llegado desde Madrid para dirigir la posición de la dirección de la factoría. Monteiro fue director de Alúmina-Alumimo y es muy impopular entre los trabajadores.

Bidones tóxicos

Por otro lado, a las 19. 10 de ayer el barco Galerno, con los 255 bidones tóxicos del Cason, salió del muelle de Alúmina-Aluminio una vez superados los problemas administrativos que le retenían desde el pasado lunes. De esta forma quedaba solucionado uno de los puntos de fricción entre los trabajadores y la empresa. Ayer se supo que el buque fue enviado para cargar los bidones a toda prisa y sin tener las más mínimas condiciones de navegabilidad.

Por otra parte, un representante del comité de empresa de la factoría de Inespal en La Coruña, anunció ayer que representantes de todos los centros de Inespal en España (además de La Coruña y San Ciprián, los de Avilés, Amorebieta, Alicante, Sabiñánigo, Noblejas y Madrid) y otros centros filiales, viajaban anoche hacia Madrid para intentar reunirse en la mañana de hoy, miércoles, con el presidente de Inespal, en busca de una solución que acabe con el conflicto de San Ciprián. La plantilla total de todos los centros de Inespal se encuentra entre los 8.000 y 9.000 trabajadores.