Regalo de Reyes

Ahora que nos encontrarnos próximos a la Navidad, yo, como regalo de Reyes, deseo para los trabajadores del Régimen Especial Agrario de 55 a 65 años la posibilidad de pedir una jubilación anticipada, liberándolos de las 60 jornadas que la legislación vigente les exige con objeto de cobrar durante nueve meses 24.000 pesetas.Desde el decoro y comodidad de un despacho pudiera parecer una ley justa, pues se puede pensar que en 12 meses es fácil conseguir dos tan sólo laborables; a ello contribuye la gran variedad de trabajos que existe: recolección de aceituna, remolacha, cítricos, vendimia, regadíos, etcétera. Desde la realidad del que tiene que conseguirlos se convierte en una tarea ardua y complicada, que llega incluso a la prostitución laboral (vender la mano de obra a bajo precio o comprar las horas necesarias), y es que la mecanización del campo, la competencia en la mano de obra y el relativo reducido rendimiento de estas personas en trabajos temporeros, entre otras razones, los hace víctimas de un sistema que deja mucho que desear. Lejos queda el inicio de un trabajo, que tuvo lugar a muy temprana edad, como zagales o criadas. En el milagro económico de los sesenta, muchos de ellos emigraron al norte de España o Europa como mano de obra barata, y prestaron un gran servicio al país sin saberlo, pues se movían por el sendero de la necesidad, aportando divisas. Son estos trabajos breves, realizados en malas condiciones, y ahora la mayoría sufre las consecuencias de ese esfuerzo con dolencias en todo el cuerpo; su trabajo es inferior al de los jóvenes y, como si se tratase de la ley de la selva, éstos tienen preferencia al mismo, debido a que su rendimiento es superior, y los empresarios agrícolas contratan a quien antes y mejor los realice.

Si a estas penurias añadimos el que muchos llevan cotizando a la Seguridad Social hasta más de 30 años, a cambio de los cuales no tienen acceso a una jubilación anticipada que les libre de estas tramas postreras, algo que en otras ramas se podría conseguir sólo con 15 años y en mejores condiciones pecuniarias, comprenderemos el título del presente escrito y su demanda. Yo (no se me compare como símil televisivo) me hago sufridor de una situación injusta: sufro cuando no escucho voces que denuncien este problema; sufro por la resignación del que lo padece; sufro ante la apatía de las autoridades por dar una solución, y sufro, en definitiva, porque participo de un modelo social más justo, que da más al que menos tiene. A modo de sentencia leve viene a mi memoria el viejo refrán que dice: "Los que más hacen, menos merecen", y creo que en este caso es real. Por ello, ahora que nos encontramos próximos a la Navidad, yo, como regalo de Reyes, deseo para los trabajadores del Régimen Especial Agrario de 55 a 65 años la posibilidad de pedir la jubilación anticipada, equiparándolos al resto de los trabajadores-