Robos postales
Graham Turner (Tarragona), con su carta publicada el domingo día 29 de noviembre de 1987, seguramente no esperaba consolar a nadie; más bien quería denunciar la desaparición masiva de envíos postales. Pues bien, ¡qué alivio! Yo creía que eso sólo me pasaba a mí, por alguna circunstancia fatal. Y ya se sabe: mal de muchos...Por lo visto, ya que no he leído quejas de otras procedencias, los robos postales -es así como se debe titular la carta, señor director; no suavicemos la cosa con el verbo perder- están a la orden del día en la zona de Tarragona, que es también el destino de mis paquetes postales desaparecidos. Seis en dos años.
Ya también presenté mi denuncia (27 de junio de 1987) en la dirección general correspondiente. No hubo respuesta ni, por ahora, solución. Me solidarizo, pues, con los afectados por este atropello cometido por un servicio público que mantenemos entre todos.
Si tan localizada está la cosa, no debe ser difícil la solución. Los mismos empleados de Correos deben estar interesados en ello para que los expoliados dejemos de mirarles como sospechosos.-
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