Batalla por la sucesión de Almirante entre los neofascistas italianos
Giorgio Almirante, el legendario líder de los neofascistas italianos, secretario general del Movimiento Social Italiano (MSI), que recogió la herencia de Mussolini, ha tirado la toalla y ha abandonado la secretaría en el congreso nacional del partido, que concluye hoy en Sorrento. Con ello se ha abierto una auténtica batalla por la sucesión.
Hay quien asegura que la salida del anciano Almirante cierra una época. El partido de los nostálgicos fascistas podría tomar un rumbo nuevo, para bien o para mal. Hoy es el cuarto partido del país, tras democristianos, comunistas y socialistas, con el 9% de los votos. Se trata de una formación inutilizada porque, al considerarse fuera del llamado arco constitucional, es decir, de los partidos que dieron vida a la Constitución, no puede entrar en el Gobierno, aunque mantiene su presencia en el Parlamento.Últimamente, precisamente con Almirante, el partido nefascista había perdido gran parte de su virulencia, y Bettino Craxi, siendo presidente del Gobierno, intentó tras una entrevista con el viejo dirigente romper el aislamiento del MSI y darle carita de ciudadanía política. Por otra parte, de los preciosos votos del MSI se han estado sirviendo un poco todos en el Parlamento, y hubo presidentes de la República, como el democristiano Giovanni Leone, forzado más tarde a dimitir antes de acabar su mandato, que fueron elegidos gracias a los votos secretos del MSI.
Pero ahora, al salir del liderazgo Almirante, que pasa a ser presidente del partido, se ha desencadenado una verdadera batalla para sustituirlo. Su delfin es Gianfranco Fini, de 35 años, líder de Frente de la Juventud. Sería como dar paso a la nueva generación de jóvenes, con menos nostalgias del viejo fascismo y dispuestos a un diálogo mayor, sobre todo con. los socialistas. Pero su opositor acérrimo es Pino Rauti, el duro, acusado mil veces de haber estado implicado en acciones terroristas de envergadura. En total, los candidatos son seis.
Vuelan las bofetadas
La tensión es tan fuerte que en el partido han volado bofetadas mientras desde la tribuna se gritaba: "Por favor, camaradas, no demos espectáculo, que está presente la televisión. Tenemos que demostrar que los fascistas somos distintos de los demás políticos".En el congreso se ha podido ver, incluso a juzgar por la ropa que vestían los compromisarios, a las dos generaciones: los viejos nostálgicos del fascismo mussoliniano, con corbata negra, y los jóvenes, que quieren abandonar ciertos ritos y se presentan vestidos incluso con gran elegancia.
Por vez primera en un congreso del MSI han estado presentes no sólo una delegación socialista, sino también una comunista y hasta una de II Manifesto, el grupo integrado en torno al diario comunista independiente del mismo título. Y es que hay una cierta preocupación por que tras la salida del viejo león que es Almirante el partido pueda desmadrarse. Ha habido un deseo de arroparlo para que empiece a entrar en el juego democrático limpio, abandonando su vocación violenta.
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