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Los pescadores rescatados del Cantábrico se recuperan en el hospital

Victoriano Viadero López y José Luis Hazas, de 43 y 61 años, respectivamente, vecinos de Noja y perdidos en el Cantábrico durante siete días, comparten hoy la habitación 816 del hospital Valdecilla. A poco de ingresar anoche, los médicos que les atienden calificaron el estado de ambos de menos grave, como consecuencia de alteraciones similares: inanición, deshidratación, bronquitis aguda, lesiones eritematosas (quemaduras en la piel provocadas por la brisa marina) y ampollas en algunos dedos de los pies por el frío y la humedad sufridos.

Los dos enfermos habrán de guardar cama en el hospital durante breves días antes de retornar a su pueblo de Noja (45 kilómetros al este de la capital), de cuya playa de Ris el viento les arrastró mar adentro, al atardecer del día 4, a bordo de una pequeña embarcación de poliéster.Médicos del hospital manifestaron ayer a EL PAÍS que los dos pacientes evolucionan favorablemente y presentan todavía alteraciones hipotérmicas y otros desarreglos derivados del largo ayuno de siete días y la ingestión de agua salada con la que debieron aplacar su sed.

Pocas dudas existen de que los dos pescadores de Noja no hubieran probablemente conservado la vida si hubieran permanecido 48 horas más perdidos en el Cantábrico a bordo de su lancha a remos de cuatro metros y medio de eslora y menos de dos de manga. Un shock hipovolémico, opina algún médico, habría sido el desenlace final.

El índice de urea, en ambos casos, está alterado como consecuencia del consumo de agua marina, que el riñón era incapaz de eliminar. De momento, Viadero y Hazas se hallan sometidos a una dieta ligera para que su aparato digestivo recobre la normalidad.

Volverán al mar

Ambos, consumados buceadores, no mirarán, de ahora en adelante, con ojos distintos al Cantábrico, y se proponen, según han dicho ya, retornar al mar para la práctica de la pesca, su afición predilecta. Los dos reconocen, sin embargo, que será dificil olvidar las siete noches más largas del año vividas a la intemperie, perdidos en el mar, sin alimentos ni agua dulce y con las ropas permanentemente pegadas al cuerpo por la humedad.La frase más significativa la ha pronunciado ya el sexagenario José Luis Hazas: "Tengo la impresión de haber recorrido el mundo". Con ésta frase se refería a la deriva en zigzag que la barca describió a lo largo de la semana, cuyas noches se prolongaban durante 15 horas. Rescatados a unas 40 millas al norte de cabo Ajo (entre Santander y Laredo), algunos días los náufragos creyeron haber avistado el perfil de la costa de Fuenterrabía, en Guipúzcoa.

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