Un tirón de orejas
"Tras la intervención militar de 1980, los periódicos recibieron un tirón de orejas", asegura Korkmaz Alemdar, de 39 años, profesor de Historia de la Prensa y Sociología de la Comunicación en la Escuela de Periodismo de la universidad de Gazi, en Ankara. El Ejército "creía que la Prensa, con su actitud, era en parte responsable del terrorismo, y la trató en consecuencia". Pero con un sistema peculiar: "Los militares, en este país, no cierran periódicos, no establecen la censura previa, pero advierten, aconsejan u ordenan. Y quien no obedece, paga las consecuencias".Entre las restricciones legales entre las que todavía se mueve la Prensa turca, Aleíndar recuerda que, teóricamente, no se pueden publicar noticias sobre la Administración sin previa autorización, y que están prohibidas las informaciones susceptibles de influir negativamente en la vida económica.
Estas limitaciones no se tienen en cuenta en períodos de apertura, como el actual, pero "si se aplicara estrictamente la ley, muchos periódicos se verían en graves problemas". Como ejemplos, pone los sensacionalistas Sabah y Tan que, teóricamente, "tendrían que venderse en bolsas".
En opinión de Alemdar, sólo ha habido tres pequeños períodos de libertad de prensa en Turquía desde que se publicó el primer periódico, allá por el año 1831: el primero, de tan sólo seis meses, en 1875, cuando se aprobó la primera Constitución; el segundo, de ocho meses, en 1909, con la segunda Constitución; el tercero, en la década de los sesenta, cuando incluso se podía hablar de Carlos Marx y se descubrió la literatura de izquierda.
¿Y ahora? "Si Turquía no conoce otra intervención militar", dice el profesor Alemdar, "la libertad de prensa puede estar garantizada".
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