La síntesis de la madurez de Marta Cárdenas

.Pintora con una dilatada y coherente trayectoria, Marta Cárdenas (nacida en San Sebastián, en 1944) está alcanzando una espléndida madurez artística durante la presente década en la que retomando con nuevo y Vigoroso espíritu técnicas clásicas, como el paisaje plenairista y el desnudo, es capaz de lograr sorprendentes efectos tanto en lo que se refiere a la fecunda experimentación de nuevas vías expresivas como a la belleza en sí de los resultados.

Paisaje y cuerpo humano son dos motivos referenciales que obligan al artista a enfrentarse con la magia del color como atmósfera y con la magia del movimiento como estructura articulada de carácter elástico.

Cuando la tradicion académica aconsejaba estos estudios, realizados con "el natural delante", buscaba inmovilizar ambos motivos, aislando un determinado momento o una postura para así objetivarlos e impresionarlos mejor. En cierta manera, transformaba la naturaleza viva en una naturaleza muerta, artísticamnte embalsamada.

Marta Cárdenas actúa justamente al revés: lucha por dinamizar -temporalizar- el motivo, y en este sentido se acaba convirtiendo en una pintora gestual. Lo es, desde luego, cuando se aplica al apunte nervioso del cuerpo móvil, con cuyo ejercicio ha conseguido construir una caligrafía extraordinariamente depurada, pero, además, ha llegado a convertir el paisaje mismo en gesto sin por ello renunciar al efecto atmosférico.

Atmósfera

Esto segundo, el efecto atmosférico, supone duplicar el proceso de abstracción, ya que, emergiendo desde el fragor de una batalla pictórica enterrada, flotan en la superficie lo esencial del movimiento y del color: el alma y espíritu del paisaje, su fragancia, su vida. Da la impresión de que la pintora tratara de extraer la esencia de las Ninfeas, de Monet, pero sin llegar a restarle su luminosidad sorda, su dramático -y temporalizador- fulgor.La pintora ha recorrido un largo camino y puede decirse que se encuentra actualmente en la más interesante y mejor disposición creadora: lograr hacer viable la síntesis artística de lo extenso y lo intenso. ¡Qué vía más hermosamente fecunda!