Exiliados en Madrid

Setenta y cinco extranjeros, la mayoría polacos, chilenos e iraníes, son los primeros inquilinos de los únicos centros de acogida a refugiados que hay en nuestro país: los recientemente creados en Vallecas y Alcobendas. La gran demanda existente (en el año 1986 solicitaron refugio o asilo en España 9.161 extranjeros) no queda satisfecha, sin embargo, con estas 200 plazas, que acogerán, por espacio de tres o seis meses, a los exiliados por motivos políticos y religiosos, fundamentalmente, que están legalizando su situación en España.

El centro de acogida de Alcobendas, en la calle de Sariñena, número 7, en un edificio de nueva construcción, acoge por ahora a 33 refugiados, todos ellos poco dispuestos a hablar con la Prensa o permitir que se les hagan fotos Los polacos y los iraníes son los más reacios. "Sólo los niños", dicen. Tienen miedo por los familiares que aún no han podido salir del país. Reciben muy pocas cartas, algunas, por seguridad, dirijidas a nombres supuestos. Extremo que conocen y respetan los responsables de los centros de acogida.Hay numerosas familias cuyos miembros han ido llegando a España por separado; primero el padre y los hijos mayores, y luego la nadre con los más pequeños. Es el caso de la familia Crespo. Siete chilenos huidos del régimen del general Pinochet. "Al principio queríamos ir a Suecia, donde tenemos familia, pero en Canarias nos sellaron el pasaporte y la policía sueca nos devolvió a España", dice la madre.

Algunos de los extranjeros refugidos sólo están de paso en España, al menos esa es su intención. Jozsef Katanosios es un húngaro de 28 años, técnico de la construcción, que salió de su país hace seis meses y sueña con vivir en Estados Unidos.

Para los que pretenden establecerse en España, la incorporación laboral es un auténtico desafío. La venta ambulante parece ser su única salida. "Darles un puesto de trabajo ya es más complicado; hay que tener en cuenta el elevado índice de paro que hay en España", ha dicho el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Manuel Chaves.

Ley de Asilo

Estos centros, competencia del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, constituyen la primera iniciativa directamente acometida por el Gobierno en materia de refugiados, tras la Ley 5/ 1984, de regulación del Derecho de Asilo.En los próximos años está prevista la construcción de otros centros, en Valencia y Sevilla Los centros de Vallecas y Alcobendas, cuya infraestructura ha supuesto una inversión de 200 millones de pesetas, sólo acogen a los extranjeros perseguidos en su país cuya situación ha de estar contemplada en la Convención de Ginebra y la ley de Asilo española. Deben carecer de medios para atender a sus necesidades y las de su familia, no padecer enfermedad infecto-contagiosa alguna, graves trastornos de conducta o tener antecedentes penales.

Según María Jesús Ruano, psicóloga del centro de Alcobendas, "los refugiados pasan por dos períodos psicológicos muy distintos durante su estancia aquí. Al principio están muy contentos y optimistas por tener alojamiento, pero cuando pasa un tiempo entran en una depresión profunda". Los 75 extranjeros que viven en estos momentos en los centros, de Madrid (33 en Alcobendas y 41 en Vallecas) no cubren el total de plazas existentes. "Hay que estudiar cada caso en particular", dice Pilar Camiñas, directora de la residencia de Alcobendas.

Al resolverse su expediente, estas personas deberán abandonar los centros y dar paso a otros refugiados. La lavandería, la sala de televisión, la biblioteca y el comedor son compartidos por los internos. Los niños -todos ellos están escolarizados- juegan en los pasillos sin que las diferencias de idiomas constituyan una dificultad para ello. Los mayores, en casi todos los casos de elevado nivel cultural, pasean, asisten a cursos municipales (manualidades, mecánica... ), o entablan conversación con los demás. A pesar de las clases de español que reciben en el centro, el inglés y el francés es lo que más utilizan.