Los 'hábitos' de la sanidad
Más de 12.000 religiosas y un millar de capellanes trabajan en hospitales públicos y, privados
Tanto por el número de personas como por el de centros propios, la Iglesia católica cuenta con una gran proyección dentro de la sanidad española. Más de 12.000 religiosas sanitarias y un millar de capellanes están distribuidos por hospitales públicos y privados. No plantean conflictos laborales y no se pueden negar a prestar asistencia a enfermos infectocontagiosos. Un conjunto de bienes y personas que "hay que cuidar", según señaló el ministro de Sanidad, Julián García Vargas, durante la firma de un convenio con la Federación de Religiosas Sanitarias
"Con la Iglesia hemos topado" no es sólo una frase hecha, es una realidad cuando se intenta saber el número real de hospitales cuya dependencia patrimonial es eclesiástica.La Conferencia Episcopal no posee ningún listado. José María Muñoz-Alcón, miembro de la Pastoral Sanitaria de la Conferencia, lo confirma: "No tenemos una estadística de los hospitales que pertenecen a la Iglesia porque la mayoría son de órdenes religiosas y ellas tienen autonomía propia".
Por su parte, el Ministerio de Sanidad no cuenta con datos exactos a este respecto. El último catálogo ministerial de hospitales, actualizado a 1 de enero de 1986, ha excluido del apartado Iglesia a un número significativo de pequeñas clínicas que pertenecen a órdenes religiosas. Por esto no es exacta la cifra que figura en la guía, 14.363 camas católicas, pues habría que añadir las catalogadas como privadas.
Cataluña es la autonomía que cuenta con mayor número de hospitales eclesiásticos, seguida de Castilla y León y de Madrid. La psiquiatría es la principal actividad, y Palencia, la provincia que ostenta el récord de camas psiquiátricas.
Prácticamente, los únicos que saben los que tienen son los hermanos de San Juan de Dios, cuya orden representa -según datos propios- el 45,02% del total de camas con que cuentan las instituciones sanitarias católicas. Son en total 600 hermanos que controlan más de 10.000 camas hospitalarias.
Los camilos
Existe otra orden masculina con centros propios, los Camilos, que se dedican a la asistencia sanitaria. Cuentan con dos hospitales en Cataluña y uno en Madrid, la clínica de San Camilo.El resto de los centros pertenecen a comunidades femeninas, como la Venerable Orden Terciaria de San Francisco, la Congregación de la Sagrada Familia de Burdeos, las Religiosas Siervas de María, etcétera.
Para los hermanos de San Juan de Dios, que tienen casi todos sus servicios sanitarios concertados con el Insalud y con las diputaciones los psiquiátricos, sus relaciones con compañías privadas de seguros -como el hospital Infantil de San Rafael, de Madrid, con Sanitas- están creando un debate interno dentro de la orden.
Víctor Martín Martínez presidente del secretariado interprovincial de la orden, manifiesta: "Hay hermanos que piensan que debemos estar incluidos dentro del sistema nacional de salud. Queremos que nuestros centros sean de gestión privada, pero con acción pública, siguiendo el ejemplo de otros países europeos. Es necesaria una coordinación entre todas las redes sanitarias y, además, aplicar la ley de Sanidad. Nosotros tenemos que cooperar con el Estado, no sustituir sus funciones".
Es a partir de 1982 cuando se empiezan a entablar conversaciones con los hermanos de San Juan de Dios, a fin de definir el futuro de los centros. Francisco Arias, subdirector general de Conciertos del Insalud, es partidario de la integración: "Todos los que lo deseen deben integrarse dentro de la red pública. Nuestro país no puede desaprovechar estos recursos".
Los hermanos de San Juan de Dios piden que la Administración se decida de una vez. "Que nos diga el Insalud para qué nos quiere, porque si no nos precisa aquí, nos vamos a África, donde tenemos mucha necesidad de personal", dice Víctor Martín.
Amén de los centros pertenecientes a la Iglesia, es necesario fijar la atención en el gran contingente de personal religioso católico que trabaja en el terreno sanitario, puesto que pueden ser decisivos a la hora de atender al cada vez mayor número de enfermos con SIDA.
Las congregaciones religiosas no niegan la atención a estos enfermos. "Son personas que van a morir y necesitan ayuda para aceptar la muerte y su enfermedad", dice Víctor Martín, que ya ha mantenido reuniones con comités anti-SIDA. "Hay que atenderlos, pero sin crear hospitales aparte, porque se convertirían en guetos. Pensamos que nuestra misión es asistir a enfermos terminales".
Sor Carinen Ugarte, con una voz suave y melódica, casi entre susurros al hablar de este tema, dice: "Nosotras nos hemos entregado al Señor y a los demás con el intento de responder siempre a las mayores necesidades, urgencias y demandas". Por estas razones, no pueden rechazar a ningún enfermo, padezca lo que padezca. "Es una cosa maravillosa cuidar enfermos terminales, y a esto estamos llamadas".
El número de capellanes se relaciona con el tamaño del hospital. Los que tienen 100 camas disponen de uno a tiempo parcial; de 100 a 200 camas, un capellán a tiempo pleno y otro a tiempo parcial, y así progresivamente. Cuentan con un contrato laboral y tienen las mismas condiciones que los demás trabajadores.
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