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Carlos Bacigalupe

Un militar integrado en la 'movida' burgalesa edita una revista cultural

Carlos Bacigalupe, un militar de 26 años, es un personaje un tanto insólito en la vida social de Burgos, adonde llegó hace poco más de un año. Bacigalupe compagina su trabajo como sargento en el regimiento de ingenieros con su pasión literaria y editora, que le ha llevado a fundar Bugati, una revista de información cultural para jóvenes. La revista, costeada por él mismo, lleva varios meses haciendo una campaña de prevención contra el SIDA, y el último número ha distribuido gratuitamente 5.000 preservativos.

Lleva ya ocho años en el Ejército, pero su vocación viene de lejos. "Otros niños querían ser bomberos o futbolistas", comenta, "pero yo siempre tuve claro que de mayor quería ser militar". Esta decisión le costó no pocos disgustos, "no en casa, que les parecía bien", sino en el colegio, en Asturias, donde "recuerdo que en COU tuve problemas con algunos profesores, que me decían que si entraba en el Ejército me iba a echar a perder. Estaban equivocados".Esta prevención de algunos sectores contra el estamento militar se hizo bien patente para Bacigalupe en su anterior destino, en San Sebastián, donde estuvo tres años. "Por entonces yo tenía una curiosidad enorme por cualquier hecho cultural y me había volcado en la lectura. También escribí algunas cosas, sobre todo poesía. En San Sebastián intenté conectar con los círculos culturales, pero sufrí un rechazo enorme, no por mí, sino por el uniforme; era como llevar una cruz negra en la espalda".

En Burgos, las cosas han sido distintas. "No es que se me abra ninguna puerta por ser militar, pero tampoco se me cierra", dice. En la capital burgalesa contactó con la movida cultural y fue entonces cuando le surgió la idea de crear Bugati, una revista de pequeño formato y sin grandes pretensiones que, sin embargo, sirve de vehículo expresivo para gente joven con inquietudes culturales. La revista es mensual y se distribuye gratuitamente en bares y librerías. Aunque Bugati está en evolución y pretende convertirse en un magazine de más envergadura, Bacigalupe no quiere cobrar a los lectores: "No costará un duro mientras yo esté al frente, porque creo que la gente no tiene que pagar por informarse", afirma, convencido.

Su actividad editora y el carácter heterodoxo de la revista no le ha creado ningún problema con sus superiores. "En el regimiento, cada vez que sale la revista me la pide todo el mundo, y siempre dejo un montón de ellas en la sala de oficiales y en la de suboficiales, y desaparecen pronto". Respecto al último número, el que incluye el preservativo, Carlos Bacigalupe comenta que "el SIDA es un problema serio, del que existe una gran falta de información. Nosotros hemos venido haciendo una campaña de mentalización y nos ha parecido oportuno regalar un preservativo para finalizarla; la intención no es incentivar a la gente a que haga más el amor, sino a que tenga cuidado al hacerlo". De todas maneras, Bacigalupe no cree necesaria una campaña específica contra el SIDA en los cuarteles, "donde la droga está muy perseguida, y no conozco, por lo menos en mi regimiento, que haya habido casos de homosexualidad". Lo que sí cree es que la gente tiene una imagen muy distorsionada del Ejército: "Aquí hay gente con muchas inquietudes. Entre mis compañeros de promoción hay varios apasionados por la música, la escritura o el periodismo que dedican su ocio a estas actividades".

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