Banesto no impide inicialmente su fusión con el Banco de Bilbao

El Consejo de Administración de Banesto no ha puesto impedimentos iniciales de fondo a la absorción de este banco por el de Bilbao, aunque mostró su crítica a que la operación fuese iniciada unilateralmente por la entidad vasca, sin conocimiento previo de la misma por parte de sus dirigentes. Mientras que el Gobierno, a través de su portavoz, Javier Solana, transmitía oficialmente su visto bueno a la fusión de ambos bancos, UGT se oponía a la misma ya que, según la central sindical, pone en peligro unos 14.000 puestos de trabajo.

La reunión de ayer del Consejo de Administración de Banesto fue menos tensa que la que horas antes había tenido la comisión ejecutiva del banco. En el comunicado posterior se refleja la posición de estudiar "con el máximo interés" cualquier operación que beneficie a los accionistas, aunque también se manifiesta que la entidad "declina cualquier responsabilidad que pudiera derivarse de las actuaciones unilaterales adoptadas por el Banco de Bilbao".La nota, que da una de cal y otra de arena, indica, según fuentes internas del consejo, que las críticas han sido más a las formas con que Sánchez Asiaín, presidente de la entidad vasca ha comunicado sus intenciones a Banesto, que al fondo de la cuestión. Las renuencias expresadas se dirigirían así a ganar tiempo y conseguir mejores posiciones con las que negociar.

Al mismo tiempo que se reunían los consejeros de Banesto lo hacía el Consejo de Ministros, que fue informado de la intención de absorber Banesto por parte del Banco de Bilbao, por el ministro de Economía, Carlos Solchaga. Solchaga ha formado, junto con el propio presidente de Gobierno, el gobernador del Banco de España y el presidente del Banco de Bilbao, el cuarteto que ha dado a luz una de las propuestas más imaginativas para el sistema financiero español. Al término de la reunión del Gabinete, su portavoz, Javier Solana, daba el visto bueno oficial a la fusión, comentando que el Gobierno conocía el proceso desde el comienzo, aunque lo había contemplado bajo el principio de que se trata de dos empresas privadas que pueden decidir su futuro sin interferencias.

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