La policía Judicial portuguesa investiga las relaciones del Ejército luso con la policía española

ENVIADO ESPECIALLa policía judicial portuguesa está investigando por orden del Gobierno luso las "actividades de la DINFO (servicios secretos militares) y su relación con la policía española", a raíz de la detención en Portugal de Jean Philippe Labade, supuesto dirigente de los GAL, preso en ese país y acusado en Francia de varios atentados contra etarras.

Asimismo, un tribunal de Lisboa ha acusado a Labade y a un grupo de portugueses, también encarcelados en ese país, de dos atentados cometidos en el sur de Francia en febrero de 1986 contra miembros de ETA y residentes vascos en esa zona. Esta acusación forma parte de un proceso diferente a que estos días se está celebrando en Viana do Castelo cortra las mismas personas por "asociación terrorista".

A raíz de la detención en Portugal de Jean Philippe Labade y de investigaciones judiciales francesas y lusas, el Gobierno portugués decidió abrir una investigación, encargada a la policía judicial, sobre las actividades de la DINFO y su relación con la policía española, al descubrirse contactos entre miembros de los dos servicios y presuntas irregularidades en sus labores.

Labade y Mario Correia da Cunha, agente de la DINFO, se entrevistaron el 31 de enero y 1 de febrero de 1986 en el hotel Ritz, de Lisboa, con dos españoles apodados Ricardo y Eduardo. Según la policía portuguesa, uno de ellos era el subcomisario José Amedo Ponce, destinado entonces en la Jefatura Superior de Policía de Bilbao, quien pagó con su tarjeta personal Visa las habitaciones y cuentas de todos ellos en el mencionado hotel.

Un mes después el clan portugués llevó a cabo dos atentados en el sur de Francia contra etarras y residentes vascos en esa zona, por los cuales son buscados en ese país y procesados por el tribunal de Lisboa de homicidio. El primero de los atentados ocurrió el 9 de febrero de 1986 en el bar Batzoki, donde resultaron heridos dos niños, dos residentes vascos y un ciudadano francés. El segundo se produjo cinco días después en el bar Consolation, donde resultó gravemente herido un supuesto miembro de ETA Militar, Juan Ramón Basáñez. Después de esta última acción fue detenido en Francia un ex legionario español, de nacionalidad portuguesa, Paolo Figueiredo Fontes, quien facilitó la pista portuguesa de los GAL en la guerra sucia contra ETA. La detención en Francia de Figueiredo y la posterior de Labade y sus compañeros en Portugal provocaron la apertura de varias investigaciones judiciales y la decisión del Gobierno luso de abrir un expediente informativo reservado, todavía en curso, sobre las relaciones de la DINFO, y la policía española en estos casos.

Diferente proceso

Por estos dos últimos atentados un tribunal de Lisboa ha procesado a Labade y a sus compañeros portugueses por homicidio en grado de tentativa. Este proceso es diferente al instruido recientemente en Viana do Castelo, en el que se les acusaba de "adhesión a asociación terrorista", por el hecho de haber supuestamente organizado desde Portugal acciones terroristas que serían llevadas a cabo en Francia.El tribunal de Lisboa examina si Labade y su grupo son culpables de "crímenes de terrorismo y tentativas de homicidio". Labade y a Mario Correia da Cunha son los presuntos "inductores y autores morales" de los dos atentados, y a Rogerio Carvalho da Silva y a Antonio Ferreira Cisneros como "autores materiales".

Labade tiene pendiente en Portugal el juicio celebrado recientemente en Viana do Castelo por asociación terrorista, este segundo proceso de Lisboa, un tercero en el sur de Portugal por depósito de armas y un cuarto en Caminha por paso ilegal de fronteras y, documentación falsa. El supuesto dirigente de los GAL está también reclamado en Francia por estos dos atentados, así como por otros dos contra dos históricos de la organización terrorista ETA: Javier Pérez de Arenaza -cuñado de Txomin Iturbe- en marzo de 1984 y Tomás Pérez Revilla, y Ramón Orbe, en junio de 1984.

El tribunal de Lisboa que investiga la implicación de Labade en los dos atentados de febrero de 1986 deberá fijar próximamente una fecha para el juicio y esperar la defensa de los inculpados para tomar una decisión definitiva.