Afectados de la colza en Madrid empiezan a declarar como testigos
Casi una treintena de afectados por el síndrome tóxico en la provincia de Madrid declararon ayer en el juicio que sobre el envenenamiento masivo ocurrido en 1981 se celebra en el auditorio de la madrileña Casa de Campo. Estos primeros testigos, de los 2.500 que está previsto que declaren en la vista, fueron propuestos en su inmensa mayoría por los defensores de los acusados, que sostienen que la causa del envenenamiento fueron tomates tratados con pesticidas. Sin embargo, todos los afectados que declararon en la primera sesión culparon al aceite.El juicio de la colza comenzó el 30 de marzo. En primer lugar declararon todos los procesados. Después de ellos lo hicieron los pe ritos. Y tras estos 2.500 testigos se producirá la prueba documental (lectura de algunos informes del sumario). Finalmente, el fiscal y los letrados expondrán sus conclusiones definitivas. Tras ello se dictará sentencia.
Uno de los afectados, Manuel Acosta, afirmó ayer ante el tribunal que la causa de la enfermedad era el aceite porque al poco tiempo de comer una tortilla de patatas se puso "muy malo". La más tajante fue Pilar Álvarez García-Soto, de 47 años, que resultó afectada junto con otros cuatro miembros de su familia, además de su madre, que falleció.
Según su testimonio, cuando cayó enferma, llamó a su madre para que le "echara una mano". "Mi madre tenía costumbre de abrir el pan y comerlo con aceite. Mi marido y mi hijo estuvieron ingresados en el hospital y cuando salieron tuvieron que volverlos a ingresar, hasta que dijo la tele que era el aceite; y lo que me quedaba, lo tiré. Además, yo le daba al perro arroz con un chorrito de aceite, y también se me puso malo. El perro comía en la terraza, y los pájaros, de comer la comida del perro, estaban medio muertos y podía cogerlos con la mano. ¡Es el aceite!", concluyó.
Los afectados que declararon ayer precisaron que habían comprado aceite sin marca a vendedores ambulantes, o aceite JAP (Juan Antonio Pastor) o de Aguado del Prado en tiendas y un molino.
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