El acuerdo de Brasil con sus acreedores suscita las críticas de los partidos
El acuerdo de principio alcanzado la semana pasada entre Brasil y sus acreedores bancarios para reanudar el pago de los interese de su deuda ha sido calificado por la oposición brasileña de rendición incondicional a la gran banca, colocando al Gobierno Sarney en una difícil situación.Brasil aceptó pagar interese atrasados por importe de 1.50 millones de dólares, uno 172.000 millones de pesetas, a cambio de recibir 3.000 millones de dólares de créditos frescos. Presionado por la banca, el Gobierno Sarney aceptó también asumir un programa de ajuste elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El propio partido del Gobierno, el Movimiento Democrático Brasileño, tradicionalmente opuesto a las recetas del FMI, ha acogido con suma frialdad el acuerdo, y su presidente, Ulysses Guimaraes, ha declinado efectuar el menor comentario.
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