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Ningún producto bajo su precio en 1986, aunque disminuyera su carga fiscal con la implantación del IVA

La repercusión del IVA en los precios fue la estimada por el Banco de España -entre 2 y 2,5 puntos- y superior a la prevista por el ministerio de Economía y Hacienda que situaba este impacto entre 1,5 y 2 puntos, según declaró el Secretario de Estado de Hacienda, José Borrell. Los productos que naturalmente debían bajar porque rebajaban su fiscalidad no lo hicieron debido a que algunos sectores aprovecharon la menor carga fiscal para aumentar beneficios, especialmente aquellos en que la producción está concentrada en pocas manos.José Borrell, afirmó la "desoladora constatación" de que mientras la mitad de los productos veían disminuída su carga fiscal por, el IVA, prácticamente en ningún caso el consumidor lo ha notado en una rebaja de los precios. Es lo que se llama el efecto viscosidad o la resistencia de los precios a bajar. Y se ha debido a que en estos sectores se da "una falta de competencia real por situaciones de oligopolio y por la rigidez de las estructuras comerciales", según Borrell.

El secretario de Estado de Hacienda señaló que "para evitarlo, no podíamos desarrollar mecanismos de intervención de precios". Sin embargo, Economía amenazó a primeros de 1986 con "endurecer la política monetaria" en el caso de que los precios se dispararan por el IVA. También se llevaron a cabo contactos con sectores, como grandes almacenes y automóviles, para llegar a "acuerdos de caballeros" sobre precios.

Para José Borrell, la consecuencia de todo ello es que plantear medidas que aminoren los costes empresariales -como una reducción de sus cuotas a la Seguridad Social- corre el riesgo de abosorberse vía beneficios o salarios y tener, por lo tanto, un efecto inflacionista no deseado.

Estas conclusiones se obtienen de un estudio publicado por el Instituto de Estudios Fiscales, del que son autores Miguel Ángel Lasheras y María Antonia Mones. Según este estudio, las industrias de alimentación son las que se han beneficiado de una forma más generalizada de la implantación del IVA, con aumentos en los márgenes de 2 a 5,6 puntos como media.

En el sector industrial deberían haber bajado sus precios los productos farmaceúticos, química de consumo, electrodomésticos línea blanca y marrón y papel y artes gráficas. Sectores como textil, calzado, y muebles de madera, han absorbido una mayor carga fiscal vía reducción de excedentes empresariales o incrementos de productividad.

Respecto al sector automóvil existen diferencias de criterios respecto al impacto de la fiscafidad, según las dos tablas utilizadas. Aún así, el estudio afirma que, junto a los electrodomésticos de línea blanca y marrón, los automóviles son los que han demostrado una mayor resistencia a bajar.

En el sector servicios, el comportamiento ha sido bastante inflacionista tras la implantación del IVA, salvo en las ramas. de comunicaciones y servicio doméstico y espectáculos.

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