La policía francesa intercepta un buque con 20 SAM-7 destinados al IRA
La policía aduanera francesa descubrió el pasado viernes cerca de la isla de Batz, en la Bretaña francesa, un cargamento de entre 150 y 200 toneladas de armamento destinado al Ejército Republicano Irlandés (IRA)", según anunció ayer el procurador de la región de Brest, al noroeste de Francia, Michel Briard. El cargamento incluye 20 SAM-7 soviéticos, varios miles de fusiles de asalto Kalashnikov, unas 10 toneladas de obuses, así como ametralladoras y subfusiles.
El gigantesco contrabando fue hallado a bordo del buque Eksund II, de bandera panameña. La policía detuvo a siete tripulantes, de los que cinco eran de nacionalidad irlandesa. Los misiles tierra-aire encontrados en el buque no estaban acompañados por sus lanzadores, pero la policía cree que éstos son mucho mz,s fáciles de encontrar en el mercado negro de armas. El procurador Briard dijo que los cinco irlandeses detenidos serán llevados a juicio hoy en París, acusados de transporte ilegal de armas "destinadas a alterar el orden público por medio de la intimidación o el terror".Por otra parte, el lunes comenzó en Londres la vista de la apelación contra una condena de cadena perpetua dictada hace 12 años contra seis irlandeses por su presunta implicación en un atentado que provocó 21 muertes y más de 160 heridos en Birmingham. La vista promete convertirse en un juicio contra el sistema de justicia británico y tener repercusiones en las relaciones anglo-irlandesas.
El abogado de los seis de Birmingham, lord Gifford, hizo ayer un alegato contra los términos en que se llevó a cabo el juicio, en el verano de 1975, después de que el lunes destacara los errores técnicos que llevaron a imputar a los acusados actos que no cometieron y cómo la acusación se baisó en confesiones obtenidas bajo tortura.
Gifford considera que el juicio de hace 12 años estuvo viciado en origen, al emitir el juez "con bastante claridad su opinión de que los acusados eran culpables", e insistió en señalar que las pruebas a que se sometió a los acusados sobre su presunto mantjo de nitroglicerina no eran de fiar y que las confesiones en que se basó la sentencia estaban plagadas de contradicciones.
Esta es la tercera vez que se reabre el caso, ahora como consecuencia de la publicación de un lit iro y la emisión de un programa de televisión que destacan los fallos habidos en el proceso. El autor del libro, el parlamentario Chris Mulin, dice haber hablado con los tres autores del atentado, que viven en Irlanda.
De los referidos fallos, el primero es que a los detenidos -todos simpatizantes del IRA y detenidos a las pocas horas del atentado de noviembre de 1974- se les realizó una prueba química sobre el uso de nitroglicerina que también da positivo con la nitrocelulosa, compuesto existente en las cartas de la baraja con las que estuvieron jugando antes de ser capturados. Otro error fue admitir como inapelables las declaraciones de culpabilidad de los acusados, que firmaron después de ser apaleados.
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