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SANIDAD

Los oncologos españoles revelan graves deficiencias en la lucha contra el cáncer

Un informe de los oncólogos españoles revela graves deficiencias en la lucha contra el cáncer en España. El documento señala una carencia de infraestructura para obtener datos epidemiológicos precisos, "que incluso en las instituciones oncológicamente mejor organizadas existe un retraso en el diagnóstico de las enfermedades cancerosas" y "que los recursos materiales y humanos para investigación y asistencia oncológica son insuficientes, están mal distribuidos y, en muchos casos, paradójicamente subutilzados".

El informe es obra de la Comisión para la Planificación Oncológica en España (CPOE), creada en 1985 por representantes de todas las sociedades españolas de esta especialidad. El documento ha sido entregado a las autoridades sanitarias, que se han comprometido a editarlo y usarlo como base de una planificación oncológica.La difusión de este crítico informe coincidió ayer con la primera jornada de trabajo de la IV Conferencia Europea de Oncología Clínica (ECCO-4), que se celebra en Madrid. El presidente del comité organizador del citado congreso, el doctor Hernán Cortés-Funes, manifestó que se trataba de anomalías "muy fáciles de corregir" por parte de las autoridades sanitarias.

"Diagnóstico tardío"

Según Cortés-Funes, en España "se tarda el doble de lo necesario" en diagnosticar el cáncer. Y apunta dos razones. Los pacientes son remisos a acudir al médico cuando se detectan un tumor. Y cuando se deciden a hacerlo, tropiezan con médicos de cabecera que carecen de formación oncológica como para sospechar si se trata o no de cáncer y, en consecuencia, remitirlos al especialista, amén del problema de las listas de espera hospitalarias.No existen apenas unidades de oncología, según este especialista, y hay una mala distribución de medios. Esto produce, explica, que en Madrid sobren bombas de cobalto, "aunque algunas estén arrumbadas", mientras que Extremadura y buena parte de Galicia no tienen ninguna. Y critica que no existan registros de tumore s en hospitales y en la administración, lo que permitiría saber qué tipos de tumores se producen en cada zona y la eficacia del tratamiento. Esto último, según Cortés-Funes, posibilitaría un "control de calidad" de la terapia seguida.

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