El 'billete' para el viaje a la eternidad

Construir un panteón en pleno barrio de Salamanca resultaría más barato que hacerlo en cualquiera de los 13 cementerios municipales de Madrid. Vivir en el lugar de los muertos, a 288.000 pesetas el metro cuadrado, es un lujo reservado a los dioses. Los mortales se conforman con un entierro discreto -caja mortuoria, velatorio, traslado, nicho y lápida- que sale por unas 100.000 pesetas. El billete más barato a la eternidad es la incineración, que ha frenado la irresistible tendencia de arrinconar a los vivos: los cementerios madrileños ocupan ya 350 hectáreas, tres veces el parque del Retiro.

"A este paso tendremos que enterrar nuestros muertos en Toledo". El temor de Dionisio Porres, delegado municipal de Sanidad en 1978, estaba más que justificado. En 10 años, los osarios se han desbordado y ha sido necesario construir uno nuevo -junto al ya existente en Carabanchel- y prever la creación de dos cementerios supramunicipales en Alcobendas y en Getafe.Los muertos ocupan lugar. Y un lugar privilegiado, a tenor de los precios del suelo: las 288.000 pesellas por metro cuadrado de cualquier cementerio municipal dejan atrás a las 210.000 de una vivienda en el barrio de Salamanca o las 180.000 de Argüelles. El último gran lujo.

"Todo tiene su explicación", aclara el director gerente de los Servicios Funerarios, Luis Núñez. "Si el precio fuera inferior, la mayoría de la gente se inclinaría por el panteón o la sepultura permanente en lugar del tradicional nicho. No dejarían sitio en Madrid para los vivos".

Ocho de las 13 necrópolis municipales (a las que hay que añadir cuatro sacramentales) están hasta los topes. Núñez afirma que la reciente apertura del cementerio Sur, anexo al de Carabanchel, ha permitido "un desahogo de varios años". La nueva necrópolis tiene una capacidad para 100.000 nichos (anualmente fallecen en Madrid unas 25.000 personas) que se irán renovando cada 10 años mediante la exhumación de cadáveres. Al mismo tiempo, La Almudena ofrece 10.000 nuevas sepulturas perpetuas que sustituyen a otras fosas temporales.

"Como él lo pidió"

María P. O., de 65 años, perdió a su marido la semana pasada. La viuda optó por un entierro discreto -"tal y como él me lo pidió"- y se inclinó por la solución más socorrida: el nicho temporal por 10 años. Todo le salió por unas 100.000 pesetas, incluidos los trámites administrativos, la caja mortuoria, el velatorio, el traslado y la inevitable lápida.Si María P. O. se hubiera inclinado por la sepultura permanente, el presupuesto se habría disparado por encima de las 379.000 pesetas. Si hubiese elegido la incineración, apenas se habría gastado 8.000 pesetas por la cremación y la urna, más 16.000 pesetas si decidiera depositar las cenizas del difunto en un pequeño columbario.

El precio del metro cuadrado en los cementerios metropolitanos está por encima de capitales europeas como París o Londres, según un informe reciente de la Comunidad de Madrid. No es de extrañar que la fiebre especulativa de los últimos años alcanzara tarde o temprano a las últimas moradas.

La Asamblea de Madrid aprobó en febrero una ley de cementerios municipales que puso freno a las expectativas del sector privado. El proyecto de una empresa privada -Parcesa- para construir un cementerio privado en Alcobendas (Madrid) desató la polémica. La Comunidad recurrió a la expropiación forzosa de los terrenos, y pretende ubicar en ellos un cementerio supramunicipal.

"No podemos permitir que se especule con suelo rústico precisamente en un servicio que debe ser facilitado por la Administración", afirma Jesús Morón, viceconsejero de Política Territorial. La ley reconoce los osarios como un servicio público y permite, como mucho, la participación de empresas privadas en régimen de concesión. En la región funcionan actualmente 22 empresas, que gestionan una parte importante de los 253 cementerios existentes.

Tasas de conservación

Desde 1986, los difuntos siguen ocupando también un lugar perpetuo en el bolsillo de sus allegados. Un total de 120.000 recibos inesperados llegaron el año pasado a otros tantos madrileños. Concepto: tasa de conservación de cementerios. Las cantidades oscilan entre las 4.914 de mausoleos y panteones a las 260 por un columbario, pasando por las 907 pesetas por nicho.La oposición municipal y los propios usuarios se lamentan, sin embargo, del mal estado de nichos y lápidas. Luis Núñez se justifica: "Con los 180 millones recaudados este año se han contratado dos empresas dedicadas a la conservación y a la vigilancia de los cementerios Sur y de la Almudena. Se necesitan inversiones muy costosas para acondicionar los cementerios, pero creo que la mejora está a la vista". Según Núñez, sólo 200 personas se han negado a pagar la tasa de conservación, que el próximo año aspira recaudar más de 200 millones de pesetas.

Servicios Funerarios es una entidad con capital exclusivamente municipal en la que próximamente participará también la Comunidad de Madrid. Los pasajes a la eternidad movieron el año pasado más de 3.700 millones de pesetas y dejaron en sus arcas unos 40 millones de beneficios.