Un enfermo mental pasó 30 meses internado en un psiquiátrico como recluso sin serlo

Un hombre ingresado en la clínica mental de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) por una alteración psíquica ha permanecido internado en el pabellón dedicado a la atención de reclusos durante dos años y medio por orden judicial, pese a no ser un preso. El paciente Manuel Díaz Bautista, de unos 35 años, ha estado hasta hace 15 días bajo custodia policial y en las mismas condiciones que un preso penado o preventivo en tratamiento psiquiátrico. Sin embargo, su internamiento obedeció a la tramitación de un expediente de incapacidad.

La orden de que el paciente estuviera bajo custodia policial, pese a no ser un recluso, partió de la magistrada Lourdes Ruiz de Gordejuela, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Badalona, encargado del expediente de incapacidad. El auto judicial apoyaba su decisión en que Díaz Bautista era una persona "muy peligrosa".El diagnóstico de incapacidad del paciente, realizado en 1984, se refería a él como "un psicópata con marcada agresividad". Sin embargo, Díaz Bautista había ingresado por primera vez en un centro psiquiátrico en 1977. Su internamiento en las mismas condiciones que un recluso se produjo por primera vez en el Instituto Pere Mata de Reus (Tarragona) por una orden judicial el 30 de noviembre de 1984. Posteriormente, en enero de 1985, fue trasladado a la clínica Mental de Santa Coloma de Gramenet, donde se le mantuvo el mismo régimen.

Díaz Bautista sufría unos trastornos de conducta que degeneraban en actitudes agresivas hacia su familia y que le llevaron a protagonizar un altercado también en la clínica de Santa Coloma. Debido a ello, el padre del paciente, Manuel Díaz Franquis, se dirigió al juzgado e inició un expediente de incapacidad.

Traslado de pabellón

La presunta irregularidad judicial fue descubierta por la fiscalía de Barcelona al revisar la relación de presos internados en la clínica. En el estudio de los expedientes observaron que Díaz Bautista no era preso preventivo ni penado y que su internamiento obedecía a una incapacidad y no a un auto de la jurisdicción penal o a una sentencia de la Audiencia.En vista de esta anomalía, la fiscalía solicitó al juzgado de Badalona el traslado del paciente del pabellón de reclusos a otro de la misma clínica. Díaz Bautista abandonó el departamento de presos hace aproximadamente dos semanas. Asimismo, la fiscalía pedirá al juzgado el expediente de incapacidad del paciente para revisar la tramitación.

La situación de Díaz Bautista se ha prolongado durante dos años y medio pese a los repetidos informes médicos de los responsables de la clínica de Santa Coloma en los que se señalaba la evolución favorable del interno. En marzo de 1985, tres meses después de haber sido internado, la clínica remitió un informe al juzgado en el que afirmaba que la "agresividad del paciente, así como las ideas delirantes, ha desaparecido". Según esta comunicación, el interno aceptaba el tratamiento y se aconsejaba el alta de hospitalización bajo la condición de que asistiera a un control periódico cada 15 días.

En 1986 la clínica repitió la gestión, pero el juzgado respondió negativamente, por lo que Díaz Bautista siguió en la misma situación, ya que los responsables de la institución psiquiátrica están obligados a acatar una orden judicial.