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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Tarde y mal

El día 23 de enero del corriente año formalicé ante notario la compra de un pequeño apartamento en esta capital, pagándolo al contado, con cocina amueblada y electrodomésticos empotrados incluidos.Pues bien, el vendedor se quedó con un juego de llaves del que no me hizo la entrega que debía, y a las 24 horas le encontré dentro del apartamento, ya de mi propiedad, pero no así los electrodomésticos, que habían desaparecido. Naturalmente, llamé a la policía. Ante ella, el señor, por llamarle de alguna manera, aseguró que se trataba de un error y que los devolvería. A los tres días, sin que cumpliera su palabra de devolver los electrodomésticos, pude formalizar una denuncia por estafa.

Pues bien, tras ocho meses tuvo lugar el juicio de faltas. Y comoquiera que ese día, el 18 de septiembre, una funcionaria me informó de que los juicios llevaban mucho retraso, bajé un segundo a comprar su periódico a la puerta de los juzgados y no sin antes dejar mi nombre al bedel, por si me llamaban. Cuál no sería mi sorpresa al regresar al instante y encontrarme con que en esa fracción de segundo no sólo el juicio ya había tenido lugar, sino que se me había dado por no presentada y además se había absuelto al denunciado.

Tras ese episodio, decido presentar recurso de apelación a la sentencia, con los pertinentes abogado y procurador. Para ello, mi letrada me informó de que tenía 24 horas tras recibir la sentencia por correo, y que podía depositar la apelación en el juzgado de guardia de mi ciudad dormitorio, Móstoles, siempre dentro de ese plazo. Pues bien, a la que fui a entregar mi recurso de apelación a las 23 horas del día 6 de octubre, o sea, una hora antes de terminar el plazo, me encuentro con las puertas del juzgado de guardia en las narices. Tal cual, el juzgado de guardia ni siquiera estaba de guardia, y tampoco la comisaría de policía de Móstoles, a la que acudí, logró localizar de él a nadie en casi una hora en que estuve esperando, aunque me extendieron el pertinente certificado acreditativo de esto tan sorprendente que expongo.

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Me pregunto ahora si se me aceptará ese recurso de apelación. Y también me pregunto, tras lo visto, y con todos los respetos, disculpas, etcétera, quién fue el que dijo aquello de: "La justicia en España en un cachondeo".- María Marí

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