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Emigración judía

Pese a todo lo que se habla de la reforma soviética, Gorbachov juega al juego de la emigración al viejo estilo y concede visados uno a uno para animar la mejora de sus relaciones con Washington. Mejor es esta libertad que ninguna. Pero mejor todavía sería cambiar las normas para todos, judíos y no judíos, y no sólo ajustarlas para algunos. Una comisión a alto nivel está revisando 100 casos, con resultados esperanzadores. Desde enero se han concedido permisos de emigración a unos 5.000 judíos soviéticos, frente a menos de 1.000 el año pasado, pero el punto álgido sigue siendo 1979, con 50.000.Se calcula en cientos de miles los judíos que desean abandonar la URSS. ¿Volverá la emigración a un goteo cuando se terminen las actuales listas? ¿Qué ocurre con los judíos que desean quedarse? ¿Se les permitirá profesar su fe, estudiar hebreo y proseguir sus tradiciones culturales sin miedo a las represalias?Hay algunos signos prometedores de cambio. Funcionarios soviéticos están revisando la legislación. Es probable que la odiosa ley sobre difamación antisoviética sea abolida, aunque posiblemente seguirá en vigor una medida más severa que también se empleó con los disidentes.

Para los que permanecen se han vuelto a abrir varias sinagogas, los investigadores tienen mayor libertad para proseguir sus estudios judíos y se han abierto algunos centros culturales judíos. También se deja salir al extranjero a más judíos.

, 19 de octubre

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