Bélgica tendrá nuevas elecciones tras aceptar Balduino la renuncia del primer ninistro

El rey Balduino aceptó ayer finalmente la dimisión presentada el jueves por el primer ministro, Wilkied Martens, pero te encargó la formación de un nuevo Gobierno encargado de tramitar los asuntos rutinarios hasta la convocatoria de nuevas elecciones generales.Hace cinco días, el monarca optó por dejar en suspenso su decisión sobre la dimisión de Martens, flamenco democristiano de 51 años de edad, con la esperanza de que los miembros de su Gabinete lograsen un acuerdo sobre la suerte de José Happart, el alcalde en funciones de la localidad de Fourons, que enfrenta a las dos comunidades lingüísticas de Bélgica.

Pero al término de una nueva reunión mauritania los principales miembros del Ejecutivo se separaron ayer de madrugada sin haber logrado un compromiso. Mientras los correligionarios de Martens se mostraron partidarios de destituir a Happart, sus homólogos valones sólo estaban dispuestos a que fuese sancionado una vez aprobada una nueva ley que regule el uso y conocimiento del francés y holandés en los ayuntamientos bilingües del país.

La adopción de esta ley pasa nada menos que por una revisión de algunos artículos de la Constitución, y cuando sean publicados en el diario oficial belga (Moniteur), el Gobierno de transición que Martens formará ahora dará su tarea por terminada y disolverá las dos cámaras del Parlamento, convocando nuevas elecciones dentro de un mes o de un mes y medio.

La popularidad de Wilfried Martens induce a prever que después de los comicios podrá contar con la misma mayoría parlamentaria integrada por democristianos y liberales flamencos y valones y pueda, por tanto, mantenerse en el poder al frente de su octavo Gobierno, desde que en 1979 se convirtió en el más joven primer ministro de la historia de Bélgica.

Empezará, sin embargo, entonces en el seno de su coalición cuatripartita una dura negociación sobre las modificaciones a introducir en la Constitución, pero la suerte de Happart parece echada de antemano, porque cuando acabe la revisión y sea aprobada la nueva ley, será, casi con certeza, revocado definitivamente de su cargo.

Sistemáticamente destituido como alcalde, a causa de su escaso dominio del holandés, por las autoridades de la región flamenca a la que pertenece su localidad, mayoritariamente francófona, Happart ha sido hasta ahora automáticamente reelegido primer edil con poderes de alcalde por los concejales francófonos de Fourons, localidad de 4.000 habitantes, mayoritariamente de habla francesa.

El pueblo fue separado a principios de los años sesenta de la provincia valona de Lieja, a la que pertenecía, y vinculado al Limburgo flamenco.