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Samaranch: "Si despreciamos la ocasión de 1992, nunca nos lo perdonaremos"

Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), recibió la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona en uno de los actos que se celebraron en conmemoración del primer año de la designación de Barcelona como sede de los juegos Olímpicos de 1992. Samaranch declaró: "Si despreciamos la ocasión de 1992, nunca nos lo perdonaremos". Posteriormente se reunieron la asamblea del Comité Organizador Olímpico Barcelona 1992 (COOB 92) y el Senado Olímpico.

En todos los actos estuvieron presentes, entre otros, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y los ministros de Defensa y Cultura, Narcís Serra y Javier Solana.Samaranch recibió la medalla de oro de Barcelona de manos del alcalde Pasqual Maragall, quien recordó que "Samaranch fue antes que nada concejal de deportes de este ayuntamiento". Samaranch comenzó su discurso en un tono íntimo -"cuando se empieza a recibir medallas es que ya se llega a las últimas horas de una vida"-, para seguir después con una referencia positiva sobre los juegos de 1992: "La victoria de Barcelona hace justamente un año marcó un hito para nuestro país".

Samaranch añadió: "Los juegos de 1992 serán la tercera oportunidad histórica de que gozará Barcelona para promocionarse a nivel mundial, tras las exposiciones universales de 1888 y 1929. En 1992 debemos demostrar al mundo que somos capaces de lo mejor".

Asamblea y Senado

Posteriormente se celebró la asamblea del COOB 92, que aprobó por unanimidad los estatutos de la sociedad anónima COOB, S.A. que establecen que la actual asamblea funcionará en la sociedad anónima como una junta de accionistas, la comisión ejecutiva como consejo de administración, y la comisión permanente como consejo delegado.Los actos del primer aniversario se cerraron con una reunión del Senado Olímpico, compuesto por unas 300 personalidades del mundo de la cultura, la economía y el deporte. En su discurso, el ministro de Cultura, Javier Solana dijo: "Me gustaría que la historia de amor que vive ahora Barcelona y el mundo del deporte se convirtiera en poligámica extendiéndose a todos los ciudadanos españoles". Jordi Pujol, por su parte, defendió la lengua catalana.

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