_
_
_
_
LAS VENTAS

La ilusión de torear en Madrid

Torear en Madrid -y triunfar- es el sueño de todo torero del ancho mundo taurino que el maestro Cañabate llamó "el planeta de los toros". Muchos logran pisar el histórico ruedo venteño -triunfar, bastantes menos- y otros se quedan a las puertas, pidiendo su oportunidad. Pedro Luis Heredia llevaba casi 15 años con esta ilusión y a lo más que pudo llegar, hasta ayer, fue a salir de sobresaliente en los mano a mano donde, si había suerte, le dejaban hacer un quite.Con treinta añazos cumplidos, unas facultades que no le sobran, un oficio que de ninguna manera podía tener -con lo poco que torea- y un cargamento de ilusiones encendidas, debutó ayer en Las Ventas Pedro Luis Heredia, además como director de lidia. Y lo hizo con decoro. Cuando, terminado el festejo, cruzaba el ruedo por su pie, camino de la puerta de cuadrillas, la afición respiró tranquila.

Frías / Heredia, Fernández Meca, Ecijano

Cinco novillos de Eugenio Frías y 5º sobrero de La Ermita, con trapío, flojos, mansurrones. Pedro Luis Heredia: estocada contraria muy baja (silencio); dos pinchazos y bajonazo descarado (silencio). Stephan Fernández Meca: pinchazo y bajonazo (protestas cuando saluda por su cuenta); media estocada caída (silencio). El Ecijano: bajonazo descarado (palmas); tres pinchazos, estocada delantera caída que asoma y cuatro descabellos (palmas). Plaza de Las Ventas, 11 de octubre.

Ciertamente estaba descolocado Heredia en el cartel. Los debutantes nunca deberían ser directores de lidia en Las Ventas y nunca lo fueron, hasta que hace unos años llegó Canorea de empresario a esta plaza, la trató como si fuera de pueblo y, entre otras innovaciones, abolió aquella ley no escrita según la cual los novilleros adquirían su antigüedad al debutar en Madrid.

La etapa Canorea fue breve y si llega a durar más, convierte en erial la frondosa historia de la plaza. Porque, breve y todo, dio sus frutos demoledores: principiantes directores de lidia por edad y no por saber y gobierno, fue uno de ellos; a la larga, Pedro Luis Heredia, muchas ilusiones pero ningún oficio, con esa responsabilidad a cuestas, en virtud de la gracia de un empresario que no supo dar la talla.

Ahora lo cuenta

Hay, sin embargo, en el principiante treintañero una torería innata y eso le salvó del fracaso. Con aplomo para aguantar las fuertes embestidas, con sentido común para no rebasar el límite de sus posibilidades, con buen conocimiento de los toros y del canon del toreo, supo pisar los terrenos adecuados, templar redondos, barrer el lomo del novillazo en algún pase de pecho de cabeza a rabo, adornarse por molinetes y rematar las tandas con pinturera sevillana. Y si la embestida venía torcida, rectificaba; ayer, si no. Lo que dijo el clásico: "Ahora lo cuento; el que no lo cuenta es el toro, que ya está matao".Mucho más jóvenes sus compañeros de terna, aunque más placeados, bulleron frente a unos novillotes reservones de suyo, y más reservones aún en virtud de los lanzazos que, lomos atrás y hasta por la calazón de su trapío, les pegaba la acorazada de picar, ayer desmelenada a sangre y fuego.

Fernández Meca ensayó naturales a un novillo que se resistía a humillar y, a la salida del pase, se quedaba distraído; derechazos a otro de media arrancada. El Ecijano instrumentó verónicas del delantal, cuarteó fácil dos pares de banderillas, muleteó con cierto estilo a un novillo que se caía constantemente, y al que se caía menos, sexto de la tarde, abierto el compás, ceñido, bien asentadas las zapatillas en la arena. El desastrado manejo del acero deslució esta faena, pero la afición tomó nota de ella; de lo bueno dicho y de lo malo por decir, como cierto abuso del pico, que no se denunció a voces, según costumbre del coso, porque hacía un frío que pelaba. La afición estaba deseando salir a escape para tomar un cafélito, comentar lo sucedido y congratularse de que Heredia había cumplido, con dignidad, su ilusión de debutar en Madrid.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_