La inferioridad de la mujer y los demás seglares en la Iglesia, cuestión principal en el sínodo de obispos
Más de la mitad de los obispos, cardenales y laicos asistentes al sínodo de obispos que se está celebrando en Roma y que acabará a final de mes han intervenido ya y, hasta el momento, la cuestión prioritariamente tratada ha sido la situación de inferioridad en que se halla la mujer y en general los seglares cristianos dentro de la Iglesia. Sin embargo, el problema de fondo sigue siendo teológico. Se mantiene férrea la distinción entre clero y laicado, y se atribuye sólo al primero la verdadera función de mando y de poder en la Iglesia, a pesar de que al sacerdocio se le sigue llamando un servicio.
No ha habido sesión sinodal en la que no haya surgido el tema de la mujer, y con ella, el del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Si se exceptúa a los obispos canadienses, por ahora el sínodo, mientras ha gastado incienso a manos llenas en alabar el papel de la mujer en la Iglesia, ha levantado un muro compacto contra la presencia femenina en el recinto sagrado del sacerdocio.Se ha llegado a propugnar para la mujer hasta el papel de nuncio apostólico. Sin embargo, como dijo a este corresponsal Romano Forleo, uno de los mayores expertos mundiales de sexología, católico practicante, nadie se ha atrevido a recordar que no existe impedimento para que la mujer pueda ser también cardenal, ya que en la Iglesia existió la tradición de los cardenales seglares.
Una de las novedades de este sínodo es que están siendo numerosas las mujeres que hablan a obispos y cardenales. Y a veces son ellas las que plantean los temas más espinosos, a pesar de que se trata de mujeres buscadas con lupa en todo el mundo para que no haya dudas sobre su probada fidelidad a la Iglesia.
'Genitalidad'
Además de la china-malaisiana Teresa Choci, que pidió transparencia en las finanzas del Vaticano y acusó de dogmático y moralizante al lenguaje dogmático de la Iglesia -"que no entienden", dijo, "los jóvenes"-, hubo también quien, como la australiana Mavis Pirola, hizo sonrojar a más de un monseñor obispo y cardenal hablando en su discurso de genitalidad. Les dijo que es necesario elaborar una "espiritualidad matrimonial", la cual debe tener en cuenta "la sensibilidad sexual recíproca de los esposos, manifestada especialmente en la genitalidad". Y añadió: "La intimidad sexual es lo que distingue al matrimonio de las otras relaciones cristianas". Y llegó incluso a hablar de "naturaleza sexual del sacramento del matrimonio".En realidad, el problema del sexo ha estado siempre muy presente, mientras en el ex Santo Oficio se está estudiando el informe del sacerdote italiano transexual que se ha operado para convertirse en mujer. Así, mientras se discute si es posible o no teológicamente que una mujer sea ordenada sacerdote, ahora el Vaticano se encuentra con el caso engorroso de una mujer que es ya sacerdote, y que ha declarado que, aunque para evitar escándalos no seguirá ahora ejerciendo el sacerdocio, si se encontrase en una emergencia (por ejemplo, ante un moribundo) no dudaría en darle la absolución.
El tema del SIDA ha estado también presente cada día. Los enfermos de esta nueva peste, como alguien la había llamado antes del sínodo, y que el cardenal Siri, ex arzobispo de Génova, había achacado a un "castigo de Dios", han sido llamados por los padres sinodales "los nuevos leprosos de la humanidad". Y en general, la actitud del sínodo, sobre todo después de que el papa Juan Pablo II se encontró con estos enfermos en Estados Unidos, ha sido de misericordia.
La 'lepra' del SIDA
Algunos obispos han planteado que se considere como diaconesas a las religiosas que cuidan a estos nuevos leprosos contemporáneos, y han recordado que deben ser tratados como Cristo trataba a los otros leprosos de su tiempo.Entre las numerosas intervenciones de obispos, ha habido quien ha arremetido contra la Unión Soviética; quien se ha preocupado de la poca virilidad de algunos sacerdotes; del papel de los divorciados en la Iglesia o del dolor de que muchos curas ni confiesan ni se confiesan, etcétera. Se ha preguntado mucho qué quiere decir seglar o laico, y si esta masa de 700 millones deberá quedarse siempre en estado de infantilismo, como denunció Gabino Díaz Merchán. El arzobispo de Armagh (Irlanda), el cardenal Thomas O'Fiaich, dijo que el laicado católico es como "un gigante adormecido". Y con humor británico dijo que, como máximo, la Iglesia tiene "seglares del domingo", pero no "del lunes o del martes".
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