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El Comando Nacional de Trabajadores convoca una huelga general en Chile

El Comando Nacional de Trabajadores (CNT) ha convocado para mañana en Chile una huelga general de carácter reivindicativo, según señala su presidente, Manuel Bustos. En declaraciones a EL PAÍS, Bustos define el movimiento como "de advertencia a la dictadura" y afirma que, si los trabajadores no tienen éxito en su petición de reajuste de salarios, realizarán otro paro generalizado.

Aunque la huelga general, la tercera desde que el general Pinochet está en el poder, sólo ha recibido apoyo de los partidos de izquierda y los principales sindicatos -cobre, petróleo, banca y siderurgia- no podrán seguir el paro, el CNT cuenta con respaldo de los estudiantes y de "las poblaciones".Bustos, un democristiano de 40 años, preside el CNT desde hace tres meses, cuando Rodolfo Seguel emigró a Australia. Ha estado encarcelado en ocho ocasiones durante este régimen, en total más de dos años, y castigado al exilio por 11 meses. El 11 de septiembre de 1973 permaneció en una fábrica textil y fue detenido por soldados durante el golpe militar. Pasó tres meses en los estadios Chile y Nacional, que fueron usados como campos de concentración, y allí fue torturado y sufrió un simulacro de fusilamiento. Manuel Bustos afirma que "en dictadura hay que tener cojones para hacer una huelga. Uno lo hace y pierde el trabajo".

Según el dirigente, aunque la huelga general fracase, el CNT "continuará la presión social contra la dictadura. La movilización es la única forma de lucha que tenemos los trabajadores cuando no somos escuchados".

Bustos, del ala más progresista democristiana, critica la estrategia de negociación con el régimen adoptada por su partido. "A la dictadura no se la va a convencer para que modifique la Constitución mandando cartas, con declaraciones, mensajes por radio o la campaña por elecciones libres. A Pinochet hay que presionarlo con movilización".

El movimiento sindical, que ha encabezado la mayoría de las protestas desde 1983, no ha logrado conquistas. Bustos afirma que "lo único que hemos obtenido es un espacio para los políticos que antes no existía. Gracias a la lucha del movimiento sindical, los partidos pueden actuar". Por eso, sostiene, es el momento de las luchas sindicales por las reivindicaciones económicas.

El CNT envió una petición al Gobierno, que no ha sido contestada, exigiendo un salario mínimo equivalente a 90 dólares (11.000 pesetas) para los obreros, un reajuste del 22% y modificaciones en la legislación laboral. De los cuatro millones y medio de trabajadores, apenas 400.000 están sindicados, y uno de cada cinco o está en el paro o en el subempleo.

"Somos débiles porque ganamos salarios miserables, por la desocupación y represión. Pero los obreros no vamos a estar de rodillas, exigimos soluciones", dice Bustos.

El CNT, el más importante órgano sindical opositor, ha hecho un llamamiento para una central unitaria que reúna, en 1988, a los sindicatos de diferentes partidos.

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