'Santi Potros', un plastificador convertido en jefe militar de ETA
Santiago Arrospide Sarasola, Santi Potros, nacido en Lasarte (Guipúzcoa) el 2 de febrero de 1948, es considerado por los servicios antiterroristas españoles como el jefe del aparato militar de ETA y destacado miembro de la actual ejecutiva de dicha organización. Según las mencionadas fuentes, Santi Potros, José Antonio Urruticoecbea Bengoechea, Josu Ternera, y Francisco Múgica Garmendia, Paquito, se hicieron con el control de la organización tras la expulsión de Francia de Antxon Etxebeste y la desaparición de Txomin Iturbe, ambos líderes carismáticos e históricos de la banda.
Los expertos españoles consideran a la actual tema dominante como la cúpula históricamente más propugnadora de acciones terroristas sangrientas con el objetivo de favorecer una negociación política.Según la documentación de que dispone el Ministerio del Interior español, Santi Potros fue captado para la organización por Francisco María Goiburui López de Musain, en 1968. En octubre de ese año fue detenido en San Sebastián y acusado de asociación ilícita y propaganda ilegal. Durante el final del franquismo compaginó su profesión de plastificador con su militancia en EGI.
Hasta octubre de 1984 sus acciones políticas pasaron desapercibidas hasta que en ese mes contacta con Ignacio Múgica Arregui, Querra, se integra en ETA y proporciona su vivienda a destacados miembros de la organización como Apala.
Arrospide Sarasola formó parte en 1976 de los comandos bereziarak (especiales) de la rama político militar de ETA que posteriormente se uniría a la banda militar. El dirigente etarra participa en el secuestro del industrial guipúzcoano Victoriano Luzuriaga y después en algunas vigilancias a empresarios vascos para secuestrarlos.
Su actividad comienza a destacar con su intervención en la espectacular evasión de 298 presos de la cárcel de Segovia. Contacta con Amilibia Urcelay, Miren, con quien se encarga de buscar los pisos de Madrid que deberían acoger al comando que iba a liberar a los presos, así como a algunos reclusos.
Siempre según las mismas fuentes, la organización le encarga contactar con la esposa de Fernando Eizaguirre Eizaguirre, quien es uno de los recluidos en dicha prisión. Posteriormente sería detenido.
Contacto con 'Txiquierdi'
En junio de 1980 contacta con Santiago Lasa Mitxelena, Txiquierdi, actualmente encarcelado en Francia, y en febrero del siguiente año pasa a formar parte del aparato militar de la organización terrorista y en concreto de los comandos ilegales (fichados por la policía y a sueldo de la organización).Txiquierdi y Santi Potros, según Interior, organizan desde esas fechas las campañas terroristas de liberados o ilegales, especialmente las acciones más espectaculares y sangrientas. En 1984 Francia le concedió la condición de refugiado político.
La detención y posterior encarcelamiento de su compañero Txiquierdi en 1985 le catapulta a la dirección del aparato militar y, según los servicios antiterroristas españoles, acentúa su posición de forzar una negociación política con acciones sangrientas e indiscriminadas especialmente contra las fuerzas de seguridad.
La expulsión de Francia del líder carismático de ETA Txomin Iturbe, en el verano de 1986, consigue que los sectores más duros de la organización tomen el control absoluto de la misma.
La terna dirigente queda compuesta por José Antonio Urruticoechea Bengoetxea, Josu Ternera, Francisco Múgica Garmendía, Paquito, y el propio Santi Potros. Hombres de importancia dentro del comité ejecutivo son también José Javier Zabaleta Elosegui, Waldo, Eloy Uriarte Díaz de Guerenu, Señor Robles, y José María Álvarez Santacristina, Txelis.
Contra Santi Potros pesan ahora numerosas acusaciones de los principales comandos de la organización detenidos en los dos últimos años en España. Algunos de los miembros del comando que secuestró a Juan Pedro Guzmán han declarado que el dirigente terrorista organizó el secuestro y les facilitó instrucciones para llevar a cabo el mismo.
Tales acusaciones, como organizador e instructor de los liberados, han sido realizadas por algunos de los miembros de los comandos de Madrid, Barcelona, Andalucía, Navarra y San Sebastián.
Los servicios antiterroristas esperan ahora que su detención pueda facilitar la desarticulación de algunos comandos y los responsables de Interior confían en que su localización sea el primero de los grandes pasos que solicitaron para neutralizar a la dirección de la banda terrorista.
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