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España abandona todo esfuerzo para integrarse en el 'grupo de los diez' tras la cuarta negativa a su candidatura

ENVIADO ESPECIAL El grupo de los 10 países más ricos del mundo occidental rechazó ayer, por cuarta vez, la candidatura española a este restringido club adherido al Fondo Monetario Internacional (FMI). Como en ocasiones anteriores, fue la oposición de Holanda, Suecia y Suiza la que impidió alcanzar la unanimidad necesaria. Guillermo de la Dehesa, secretario de Estado de Economía, calificó de "incomprensible" la postura de Holanda, un país miembro de la Comunidad Europea, y añadió que España abandonará todo esfuerzo para integrarse en el grupo en el futuro.

Nilgel Lawson, presidente del G-10 y ministro del Tesoro británico, justificó en público la decisión del grupo señalando que "no se había alcanzado la unanimidad necesaria". Tanto Lawson como el secretario del Tesoro norteamericano, James Baker, y el ministro italiano de Finanzas, Giuliano Amato, al ser interrogados expresamente explicaron que existía "una amplia mayoría en favor del ingreso de España, pero no la necesaria unanimidad". Los tres reiteraron su apoyo y simpatía a la candidatura española.Aunque temida, la decisión de los 11 países del G-10 (Estados Unidos, RFA, Japón, Reino Unido, Canadá, Francia, Italia, Holanda, Suecia, Bélgica y Suiza) defraudó a la otrora entusiasta delegación española. Carlos Solchaga, ministro de Economía y Hacienda y firmante de la carta que hace año y rniedio sirvió para presentar la candidatura, retrasó un día su llegada a Washington, aparentemente para evitar a la prensa. Pero Guillermo de la Dehesa y Mariano Rubio, gobernador del Banco de España y representante español alterno ante el comité interino del FMI, no ocultaron su disgusto. "Vamos a proponer al ministro que se considere la retirada de la candidatura. Es incomprensible la postura de Holanda, un país comunitario que ignora que la CE es unánime sobre la candidatura española", dijo De la Dehesa.

Por su lado, Mariano Rubio dejo entrever que España recupera su libertad de acción en muchas decisiones de política económica y monetaria que, en solidaridad con otros países desarrollados, ha adoptado recientemente. España ha utilizado 10.000 millones de dólares de sus reservas en los últimos meses en apoyo del dólar y de la estabilidad del sistema monetario europeo, pese a no pertenecer al mismo.

Negativa holandesa

Un portavoz de la delegación holandesa, Jaap Weda, que se acercó a algunos representantes de la prensa española, justificó la posición de su país y dijo que "no existía una oposición concreta ni particular a España, sino a la ampliación del grupo como tal, ya que entendemos que quedaría sin significado si aceptamos nuevos miembros", dijo. Aparte de España, Australia presentó hace muchos años una solicitud similar y también se ha confirmado que Austria, con el apoyo explícito de la RFA, hizo lo mismo muy recientemente.

Para España, el interés de pertenecer a este grupo restringido de países ricos se centra en el acceso implícito que le permite a dos foros internacionales donde se deciden y adoptan importantes decisiones de política económica y monetaria. Se trata del denominado grupo de trabajo número 3 de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), y del encuentro privado que mantienen los gobernadores de los bancos centrales de los 11 países del G- 10 cuando se celebran las reuniones periódicas del Banco Internacional de Pagos de Basilea. La presencia en ambos grupos de España facilitaría a sus autoridades disponer de una información de primera mano en el campo económico y monetario y compensaría, a juicio de miembros del Ministerio de Economía, el esfuerzo económico que habría que realizar (más de 500 millones de dólares) al ser obligatoria la inclusión en el Acuerdo General de Préstamos, un fondo de asistencia a países con problemas en sus cuentas exteriores, creado hace más de 25 años.

Desfase español

España está librando desde hace años una batalla semiperdida para obtener una mayor representación en los foros económicos internacionales. Así, el Gobierno de Madrid exige que se amplíe su cuota (1,4% en la actualidad) en el Fondo Monetario Internacional y que se le permita suscribir en mayor porcentaje las ampliaciones de capital que se realizan en el Banco Mundial. Ambas medidas permitirían acompasar la representación e influencia española a su potencial económico, teniendo en cuenta que España es actualmente la octava o novena economía mundial según algunos indicadores.

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