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Ardanza reabre el diálogo entre los partidos vascos sobre la violencia y el desarrollo del estatuto

El presidente del Gobierno vasco, el peneuvista José Antonio Ardanza, abrirá en los próximos días una ronda de consultas sobre la pacificación y el desarrollo del autogobierno con los partidos políticos representados en el Parlamento autónomo. El ofrecimiento del lehendakari fue aceptado por la oposición, aunque con escepticismo, en el debate sobre política general, que terminó el viernes por la noche en Vitoria. Ardanza y el portavoz socialista, José María Benegas, discrepan sobre la participación de Herri Batasuna en las conversaciones.

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Al aceptar ejercer su liderazgo en la búsqueda de soluciones para la pacificación de la sociedad vasca, condicionado al establecimiento previo de una estrategia común frente al terrorismo y al desarrollo del autogobierno, Ardanza ha hecho suya en parte la propuesta del presidente de Eusko Alkartasuna (EA), Carlos Garaikoetxea, pero al mismo tiempo la ha reconducido a los límites de "la alternativa mayoritariamente aprobada por esta sociedad", es decir, el Estatuto de Gernika.El lehendakari precisó, frente a los deseos de EA de incluir el reconocimiento del derecho de autodeterminación y la revisión del estatuto en el orden del día de la mesa de negociaciones, que "cualquier otra iniciativa que pretenda rebasar el marco mencionado [el estatuto] no ofrece en estos momentos ninguna garantía de viabilidad". La nueva iniciativa de diálogo sucede a intentos anteriores, como la Mesa por la Paz, convocada por Garaikoetxea en enero de 1983 y fracasada al negarse a acudir los socialistas si ETA no cesaba sus atentados, o el informe de la comisión internacional de expertos, presentado por el Gobierno vasco en abril del año pasado, del que todavía no se ha derivado ningún fruto conocido.

La reafirmación estatutaria de Ardanza es coherente con el esfuerzo de aproximación a las tesis socialistas que realizó el lehendakari durante el debate, y contradictoria con manifestaciones recientes sobre su deseo de que el PSE-PSOE retorne a las posiciones anteriores a 1980, favorables al derecho de autodeterminación y a la incorporación de Navarra al País Vasco.

Una diferencia de criterio separa abiertamente todavía a los dos partidos coligados en Euskadi. José Antonio Ardanza aclaró, en respuesta al portavoz de Eusko Alkartasuna, Juan Porres, que su llamamiento al diálogo incluye a HB. Benegas, en cambio, se mostró partidario de iniciar conversaciones con la coalición independentista, "en todo caso, después de haber alcanzado un consenso previo entre las fuerzas democráticas vascas".

La regeneración

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Las diferencias en el bloque de la oposición son de mayor calibre. Eusko Alkartasuna reclama "la regeneración, y si no, la reforma del estatuto", en palabras de Garaikoetxea, y se muestra partidario de encontrar salida a algunos de los contenidos de la alternativa KAS, defendida por HB y ETA, porque son "los que alimentan la convulsión política" en Euskadi.En cambio, Euskadiko Ezkerra (EE) ha marcado las distancias con esta propuesta, descalificando "las iniciativas unilaterales de tal o cual partido" porque "están irremisiblemente condenadas al fracaso, y cualquier fracaso es aliento para los violentos". Aulestia subrayó, a raíz de la iniciativa de Garaikoetxea, que no es aceptable tomar como pretexto la violencia para obtener contrapartidas políticas.

Ardanza ofrece también colaboración policial, pero siempre que exista participación previa del Ejecutivo vasco en el diseño de los planes contra el terrorismo.

El lehendakari reclama con urgencia un acuerdo definitivo y preciso con el Gobierno central sobre plazos y procedimientos para el despliegue de la Ertzaintza y la sustitución de las fuerzas de seguridad del Estado en las reservadas a la policía autonómica por el estatuto, así como cooperación informativa en el proceso de adecuación de ambas policías.

Con esta declaración, que no fue objetada por el portavoz socialista, parecen definitivamente zanjadas las divergencias sobre el contenido de la "adecuación policial" recogida en el pacto de coalición. El delegado del Ejecutivo central en el País Vasco, Julen Elgorriaga, abrió la polémica hace meses cuando afirmó que la adecuación puede implicar mayor despliegue de la Guardia Civil en Euskadi si persiste la violencia terrorista.

Ahora los miembros socialistas del Gobierno vasco admiten que adecuación significa sustitución de las fuerzas de seguridad del Estado, de acuerdo con las previsiones que figuran en el estatuto de autonomía de Euskadi.

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