Los Reyes inician hoy su visita a Estados Unidos para impulsar la imagen de España

La débil imagen de España en Estados Unidos y la militarización de la relación entre los dos países, que sólo parece contar con un único asunto, las bases, constituyen el trasfondo de la visita privada a EE UU que hoy inician los Reyes en Washington, con un almuerzo con el presidente Ronald Reagan y su esposa, Nancy, en la Casa Blanca. Ambos problemas deben ser resueltos para que las relaciones entre los dos países entren en una fase nueva de madurez no lograda aún 12 años después de la muerte de Franco, coinciden en señalar medios políticos y económicos españoles y norteamericanos consultados por EL PAÍS.

El viaje de los Reyes, suspendido en 1981, cuando la democracia española pasó sus peores momentos, tiene un componente histórico cultural de acercamiento de los Reyes y de España a tres Estados del Suroeste (Tejas, Nuevo México y California), que fueron españoles antes que norteamericanos, y a la importante minoría hispana de EE UU.Los responsables oficiales del viaje real lo conciben como la proyección de la imagen de una España "moderna y democrática, anclada en Occidente mediante su pertenencia a la CEE y a la OTAN". Poco antes de la llegada de don Juan Carlos y doña Sofía, Felipe González hizo una profesión de atlantismo en Bonn, destacando el importante papel de EE UU en la defensa de Europa. El presidente del Gobierno insistió en la necesidad de entenderse con Washington en una entrevista televisada, en España, sólo horas antes del comienzo del viaje real.

Pero el hecho de que los dos Gobiernos, tras un año de negociaciones, hayan sido aún incapaces de anunciar un acuerdo para resolver el problema de las bases ha hecho concebir a ciertos sectores oficiales de este país expectativas sobre el encuentro de este mediodía de los dos jefes de Estado. Un portavoz de la Casa Blanca dijo a EL PAÍS que es un "acontecimiento puramente social", y el Departamento de Estado reiteró ayer que no existe una agenda política que vaya a ser tratada por Reagan y el Rey en Washington.

Es una gran oportunidad fotográfica y una gran ocasión para los Reagan para "recibir a la realeza", explicó un alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores español. El Departamento de Estado añadió que el encuentro es "un testimonio de las buenas relaciones entre el presidente y la Familia Real española".

El papel del Monarca

Esta relación especial, que hace que el Rey de vez en cuando coja el teléfono y llame personalmente al presidente norteamericano, unida a un desconocimiento del papel constitucional del Monarca y a su formación militar, hace pensar a algunos políticos norteamericanos que el problema de las bases podría arreglarse de jefe de Estado a jefe de Estado.

Si Reagan saca hoy este tema durante el almuerzo, algo que las dos administraciones niegan que ocurrirá, "el Rey sabe perfectamente y transmitirá cuál es la posición oficial del Gobierno español", dijo a EL PAÍS el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez.

Exteriores confía en que la visita real "dinamizará las relaciones hispano-norteamericanas, actualmente polarizadas en torno a la reducción de las bases". "Se trata de vender España en Estados Unidos y EE UU en España, intentar salvar el desconocimiento mutuo que funciona en las dos direcciones", dijo un responsable de la gira real. "La imagen española en EE UU no es ni buena ni mala: no existe", declaró a EL PAÍS el congresista Esteban Torres, presidente del caucus hispano en el Congreso de Washington. Para mejorar esa pobre imagen se ha construido una gira, que se inicia esta mañana con la llegada de los Reyes a la base aérea de Andrews, a las afueras de Washington. Durante siete días, don Juan Carlos y doña Sofía se acercarán a los grupos representativos del mundo hispánico, visitarán las misiones de la colonización religiosa española del suroeste de EE UU y tendrán contactos con el mundo económico de California y con laboratorios de alta tecnología.

Los Reyes visitarán la prestigiosa universidad de Berkeley, en San Francisco, y tendrán oportunidad de conocer de cerca al mundo de Hollywood, con un almuerzo con el actor Clint Eastwood y otros personajes del celuloide.

La ausencia de Florida en el viaje, donde los españoles fundaron San Agustín, la primera ciudad de EE UU, ha sido explicada por funcionarios españoles por falta de tiempo y miedo a la posible politización del Rey por parte de la comunidad cubana, fuertemente anticastrista.

Relaciones inmaduras

Doce años después de la muerte de Franco, las relaciones entre los dos países continúan siendo inmaduras, y no son las existentes entre EE UU y cualquier otro aliado europeo, como Italia o Bélgica, coinciden en señalar todo tipo de observadores. Existe una desconfianza mutua, producto en gran parte de la ignorancia y la aplicación de caricaturas en ambos sentidos, pero causada también por el pasado reciente de España y la relación de EE UU con el régimen anterior. Reagan recibió en Madrid en 1985 la peor acogida encontrada en cualquier capital europea.

Desde Washington se sigue viendo a España como un aliado militar, receptor de ayuda económica en forma de créditos para comprar armas a cambio de territorio, que forma parte del paquete del flanco sur de la OTAN, Junto con Portugal, Grecia y Turquía. El ingreso en la Comunidad Europea y la confirmación por referéndum de la presencia en la Alianza Atlántica no han servido todavía para variar esta clasificación. El embajador norteamericano en Madrid, Reginald Bartholomew, dijo recientemente en público que la transición española no ha concluido, aunque esté formalmente hecha. Se refirió también a que "existe un mutuo aislamiento entre los dos países" Y falta "un contacto institucional normal" como el que Washington tiene con otros aliados. Felipe González, que declara en privado estar fascinado por este país, es el primer ministro europeo que menos viene a Washington.